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los mercados anteriormente mencionados, quizás sería más conveniente focalizarnos en aquellas áreas en la que ya tenemos un gran reconocimiento y prestigio para mejorar aún más nuestro servicio y extender este negocio a otras zonas del país. ¿Cuáles serán las próximas tendencias que guiarán la industria de cruceros? Desde mi punto de vista, y como consecuencia directa de la pandemia, los pasajeros prestarán más importancia a todos aquellos aspectos relacionados con la seguridad sanitaria, tanto en los destinos como a bordo, formulándose preguntas que hace dos años ni se plantearían. Pero, sin duda, una de las tendencias que guiará la industria será el uso creciente de la tecnología a bordo. Ya antes de la pandemia habíamos visto como poco a poco iba ganando terreno, proceso que se ha visto acrecentado en los últ imos meses: apl icaciones que ofrecen opciones para chatear con otros pasajeros, realizar reservas en un restaurante, spa, etc.; el uso de wearable technology, que permite abrir y cerrar la puerta del camarote e incluso registrar los contactos, funcionalidad que goza de un gran valor ahora de cara a posibles rastreos tras detectar un caso positivo de COVID-19, etc. En el contexto de la economía azul, el sector crucerístico se postula como uno de los mercados con mayor proyección futura, ¿qué aspectos fundamentales considera que aportan los cruceros en el conjunto de esta economía azul? Efectivamente, proteger el medioambiente y fomentar un crecimiento sostenible es una de nuestras principales líneas de trabajo. Y es que, a pesar de los desafíos asociados a la pandemia, hemos continuado focalizados en nuestro compromiso con un futuro más limpio y sostenible. De hecho, y si bien la industria de los cruceros representa menos del 1 % de la flota marítima a nivel mundial, encabeza el desarrollo de tecnologías destinadas a reducir el impacto medioambiental, en definitiva, es un catalizador del cambio en el transporte marítimo. En este sentido, nuestras acciones más innovadoras se concentran en la gestión de: • Los residuos sólidos y líquidos, a través del uso de sistemas avanzados de tratamiento de aguas residuales. • Las emisiones atmosféricas, a través de los sistemas de lavado de gases, el uso del gas natural licuado y la conectividad eléctrica. Para concluir esta cuestión, quisiera recordar que CLIA tiene la ambición de ser neutra en carbono en 2050. ¿Qué retos quedan aún por abordar de cara al futuro? Durante los momentos más duros de la pandemia, los retos que teníamos sobre la mesa quedaron en un segundo plano, superados por la situación extrema que, como sociedad, estábamos atravesando. Ahora, cuando la recuperación parece ser cada vez más una realidad, estos desafíos vuelven, no han desaparecido, y debemos afrontarlos con determinación. Para no extenderme demasiado, me centraré en dos: • Crear un modelo que permita la convivencia entre turistas y locales, especialmente en aquellas zonas en las que la turismofobia tiene un mayor auge. Se deben proponer soluciones concretas; gestionar y no prohibir o limitar. • Realizar una transición verde razonada, marcando objetivos (intermedios y finales) claros. Es importante fomentar el uso de tecnologías de transición, que, si bien pueden no ser la solución definitiva, constituyen un paso en la dirección correcta, y adaptarlas a las peculiaridades del transporte marítimo. O “Nuestras previsiones nos indican que cerraremos 2021 con alrededor de un 80 % de la flota navegando y pensamos que a lo largo de 2022 alcanzaremos el 100 %” Rotación / 37

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