Rotación / 23 que eran seguidos por la prensa y los medios de comunicación de medio mundo. En el año 1997 el primer ministro Tony Blair, en una polémica decisión, decidió retirar del servicio este buque; acto que ocurriría el 11 de diciembre de 1997 en el puerto de Portsmouth y que, según afirmaron los tabloides londinenses de la época, arrancó las lágrimas de la reina Isabel II. Hoy en día el barco ejerce como museo naval flotante y puede ser visitado en el barrio de Leith en la ciudad de Edimburgo. Recientemente, el primer ministro Boris Johnson, ya saben, ese personaje que, con el pelo desordenado, la corbata al bies y el faldón de la camisa fuera del pantalón, parece continuamente salido de una pelea en un oscuro pub de la capital británica, ha anunciado la construcción de un nuevo buque de Estado bajo la denominación de HMS Prince Philip, en honor al recientemente fallecido duque de Edimburgo. No se dejen engañar por la manifiestamente mejorable imagen del premier británico. Procede de la Universidad de Oxford y es heredero de las más arraigadas tradiciones británicas. Tiene claro que Inglaterra y el mar son hechos inseparables y así lo ha expuesto: Este nuevo buque será el primero de su clase en el mundo como reflejo del estatus del Reino Unido como una gran nación comercial marítima. El presupuesto habilitado al efecto asciende a 200 millones de libras esterlinas que, seguramente, se quedará corto y que, seguramente, será ampliado siguiendo la consigna del presidente del consorcio anglo-francés que construyó el túnel del Canal: Esto no es negocio para nannys nerviosas. ¿Se imaginan a un político español, uno cualquiera, proponiendo la construcción de un buque similar en nuestro país? Pura quimera cuando para construir un buque de bandera lo primero que tiene que existir es la bandera. O ”Para construir un buque de bandera lo primero que tiene que existir es la bandera” Seguridad eléctrica a bordo Descubre las ventajas de un sistema IT The Power in Electrical Safety © www.bender.es
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