Q93 - Tecnología y equipamiento para la industria química

BIOPLÁSTICOS 26 compañías que nos revelen su formulación exacta, puesto que eso forma parte del secreto industrial. ¿Cómo se llega al punto intermedio que menciona- bas antes? Generalmente es complicado reciclar envases alimentarios cuando son muy sofisticados. Pensemos, por ejemplo, en los sobres que tienen restos de algún polvo deshidratado. Por su composición es difícil reciclarlos, pero sus propieda- des son excelentes para mantener el alimento en buenas condiciones. Hay que buscar el equilibrio entre producir un material con unas propiedades adecuadas para lo que lo quieres aplicar y que además se pueda reciclar o compostar. Y también debemos trasladar a la sociedad la idea de que no necesitamos tantas cosas. El fabricante puede ofrecer una fruta muy bonita en un envase que resulte atractivo porque busca atraer al consumidor, pero hay que educar a ese consumidor para que entienda que si le dan una bolsa de papel también le vale. ¿Cuáles son las limitaciones de los bioplásticos? Hay muchas limitaciones. A nivel mundial, estamos pro- duciendo cantidades ingentes de plástico convencional –el que procede de la industria petroquímica–: aproxima- damente 350 millones de toneladas al año. En los años sesenta eran unos 15 millones de toneladas. En cuanto a los plásticos de base biológica, estamos produciendo al menos un 1% de esa cantidad, más o menos 3 millones de toneladas. La tecnología existe; de hecho, en nuestro centro la tenemos. El problema es la capacidad de pro- ducción. Pensemos en una empresa que hace plásticos. Tiene sus equipos y plantas de producción para fabricar- los, envasarlos, etc. Y le decimos: “Desmantele todo esto e introduzca un montón de tanques de producción con bacterias. Pero además consiga la cantidad de basura necesaria para generar millones de toneladas”. Eso es imposible. Vamos a aumentar mucho la producción de bioplásticos. En los próximos años, si la demanda sigue creciendo, llegaremos a un 10%, pero acercarnos al 100% no es factible. Conclusión: hay que reducir esos 350 millo- nes de toneladas a más de la mitad. ¿Cuál es el papel de la biotecnología ante los retos asociados al cambio global? La biotecnología es la ciencia que usa herramientas bioló- gicas para desarrollar procesos tecnológicos. Realmente es el futuro, pero siempre en combinación con la quí- mica. Necesitamos aproximaciones multidisciplinares porque el conocimiento en el campo de los plásticos y la química de polímeros de plásticos es inmenso. Ahora mismo tenemos la ventaja de conocer cómo es el mate- rial, cómo se tiene que tratar y cómo lo podemos utilizar para descomponer y reciclar mediante estrategias quí- micas. Es lo que actualmente está haciendo la industria. Así que el papel es complementario e irá adquiriendo, espero, un mayor protagonismo. Un ejemplo de esa multidisciplinariedad es SusPlast, la plataforma temática interdisciplinar del CSIC que coordinas. ¿Cuál es su objetivo? Generar actividades de investigación e innovación y también socioeducativas en el contexto de la gestión de plásticos sostenibles. Formamos parte de ella personal investigador del CSIC de diversas áreas: química de polímeros plásticos, biotecnología, divulgación de la ciencia, recicladomecánico... Lo que queremos es acortar la distancia que hay entre lo que hacemos en nuestros laboratorios y lo que se transfiere a las industrias. También forman parte de la plataforma observadores e inversores de las industrias relacionadas con toda la cadena de valor del plástico, de manera que pueden optar a generar contratos con nosotros para que les transfiramos esa tecnología. Actualmente, la demanda de los plásticos sostenibles es muy grande. En SusPlast tam- bién se desarrollan estrategias biotecnológicas de reciclado, aunque están en su infancia. Por ejemplo, la degradación de plásticos mediante enzimas. Todos hemos oído hablar de la plastisfera, que es el ecosistema donde organismos, prin- cipalmente microorganismos, están en contacto, flotando, con un plástico. Estos ecosistemas están desarrollándose y evolucionando por sí solos para crear enzimas capaces de degradar los plásticos, pero esto lleva tiempo. Es un proceso lento. Claro, son procesos lentísimos y no podemos esperar. ¿Qué hacemos en SusPlast? Aislamos esos microorganismos y vemos su capacidad de degradar este plástico. A lo mejor tardarían 300 años. Entonces, identificamos qué genes y proteínas intervienen en esa degradación, los pasamos a otro sistema recombinante y hacemos evolucionar en el laboratorio esas enzimas de manera rápida, es decir, ace-

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