Q93 - Tecnología y equipamiento para la industria química

drío. Aunque ¿no es la aleatoriedad, en cierto modo, también determinista sobre la veracidad de nuestra libertad, sobre si esta es real o una mera ilu- sión? También las sombras de Platón eran muy reales para sus peculiares observadores. Así que ¿dónde nos sitúa a nosotros, los seres humanos, todo esto? Parece que deberemos seguir buscando la razón de nuestra con- ciencia… De ello se está ocupando ya la neurología cuántica. Por resolver, una cuestión: las dos teo- rías aceptadas, la relatividad general y la mecánica cuántica, describen el universo demodo totalmente opuesto. Ha sido precisamente el descubri- miento de que “la formación de un agujero negro es una sólida predicción de la teoría general de la relatividad” lo que le ha valido al investigador británico Roger Penrose el Nobel de Física 2020, recién otorgado. Estos entes invisibles, que sabemos que están ahí por distintos indicios, el último, dos estrellas orbitando alre- dedor de ‘algo’, son objetos compactos supermasivos que se tragan hasta el último fotón... El agujero negro viene a ser una ‘criptonita’ para el fotón, que a medida que se acerca a él, atraído por su espectacular gravedad generada por su masa superdensa, va perdiendo energía hasta que no le quedan fuerzas –velocidad– para escapar de él hasta desaparecer. La Teoría del Todo, de Hawking trató, sin éxito, de explicar en una sola hipótesis todos los fenómenos físicos del universo, pero a día de hoy no existe una ecua- ción que explique el comportamiento de la materia desde la partícula más pequeña hasta la más grande. Por otra la parte, sabemos que los pro- cesos cuánticos determinan nuestro funcionamiento biológico y, por tanto, el proceso evolutivo de los organis- mos, fundamentado en la adaptación al entorno para asegurar la supervi- vencia, ¿cómo se conjuga eso con la aleatoriedad? ¿Será posible formular una teoría cuántica de la evolución? El Darwinismo cuántico se aproxima al concepto de “selección” pero lo hace en la línea de plantear la existencia de un proceso de selección de la rea- lidad subatómica más apta para ser percibida por nuestros sentidos. Entretanto, escudriñar el mundo suba- tómico nos va a dar muchas respuestas, sin perder de vista la extraordinaria complejidad que supone entender cómo actúa la naturaleza a nivel mole- cular y, aunque aún estamos lejos, y precisamente por eso, hay que pisar el acelerador con este abordaje de las ciencias de la vida. Sergio Boixo explicaba en declaraciones recientes en televisión hasta qué punto la capa- cidad de cálculo de la computación cuántica “nos servirá para, por ejemplo, extraer la energía del Sol de manera supereficiente, o a diseñar materiales y fármacos que no existen, o para crear nuevos fertilizantes que ahorrarían un 2% de la energía del mundo”, refirién- dose al proceso de producción del amoníaco, hoy sustancia fundamen- tal en la fabricación de fertilizantes. Boixo augura que estas nuevas tec- nologías cambiarán nuestra forma de comprender el universo: “problemas hoy imposibles serán fácilmente reso- lubles”, y me quedo con una de sus frases, muy ilustrativa: “No sabemos lo que vamos a descubrir pero, seguro, que será gordo”. Se masca en el ambiente que nues- tra llegada al mundo de lo minúsculo puede ser el próximo paso adelante de la humanidad. n Medir el tiempo es también medir el espacio. El lugar que ocupa la materia en el espacio determina cómo transcurre, para ella, el tiempo. El enmallado de la ilustración representa el espacio-tiempo descrito por Einstein en la teoría de la relatividad general. Sin materia, la retícula no se deformaría –no habría gravedad– y el tiempo transcurriría igual en todas partes. Cuando los seres humanos pasemos largas estancias en el espacio, quienes lo hagan, al regresar a la Tierra serán más jóvenes que sus coetaneos. Newton describió la gravedad como una fuerza, que se vió no podía explicar la existencia de agujeros negros; sí lo hacía la teoría de Einsten, que definía la gravedad no como una fuerza sino como la deformación geométrica del espacio- tiempo. Más allá, es decir, en el punto infinitesimalmente pequeño en el que nació el Universo, la Relatividad presenta limitaciones; esa escala es ámbio de la teoría cuántica relativista. 17 MUNDO CUÁNTICO

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