Tecnología y equipamiento para la Industria Química_Q114

HIDRÓGENO 46 Figura 4: Perspectiva de la normativa de seguridad necesaria para la producción, manipulación, transporte, distribución y consumo de hidrógeno, en sus diversas modalidades, cuyo detalle se describe en el texto. Figura 5: Fotografía con la situación de las diversas tecnologías de detección de fugas de hidrógeno que se precisan para dotar de seguridad una instalación típica que lo utiliza como fuente de energía. doméstica que actualmente dependen de la quema de combustibles fósiles. Los fabricantes de equipos originales de automoción y otros ya han desarrollado sistemas de propulsión con innovadoras baterías de combustible de hidrógeno, y esta tecnología está apareciendo cada vez más en automóviles, autobuses, vehículos ligeros y pesados de combustible e incluso barcos y trenes con cero emisiones. El hidrógeno también representa una fuente potencial de combustible alternativo, con cero emisiones, al gas natural y al petróleo para calefacción y agua caliente domésticas, especialmente significativa, dados los ambiciosos objetivos globales de cero emisiones netas. ALMACENAMIENTO Y DISTRIBUCIÓN DE HIDRÓGENO (FIGURA 3) En la mayoría de las aplicaciones, el hidrógeno se almacena en forma de gas. A presión atmosférica normal, el gas hidrógeno ocupa un gran volumen. Por este motivo, y para que sea más fácil y económico transportarlo y almacenarlo, el gas hidrógeno suele comprimirse en tanques de alta presión a 350–700 bar [5.000–10.000 psi]. Como alternativa, el hidrógeno puede almacenarse o transportarse en forma de amoníaco, ya que tiene una mayor densidad de almacenamiento, y luego convertirse en hidrógeno. Para almacenar el hidrógeno en forma de líquido, debe enfriarse a una temperatura inferior a -252,8 °C. Como esto requiere tanques muy aislados y equipos criogénicos especializados, el combustible de hidrógeno líquido actualmente solo se utiliza en un número limitado de aplicaciones. Y si bien son posibles las soluciones de almacenamiento de hidrógeno sólido, aún queda realizar mucha investigación para que sean viables en su uso masivo. Por lo tanto, el gas suele seguir siendo la opción más sencilla para el almacenamiento de hidrógeno en este momento. La infraestructura existente, como los gasoductos y las redes de gas natural, deberían adaptarse antes de poder distribuir hidrógeno desde los centros de producción a los centros de distribución, estaciones de servicio y lugares de uso. De manera similar, el hidrógeno puede almacenarse en estaciones de abastecimiento de combustible para abastecer el transporte marítimo.

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