CIRCULARIDAD y mejor colaboración entre todos los actores. De forma más general, la hoja de ruta insiste en un aspecto tan esencial como la competitividad. Y es que es vital que los decisores políticos, tanto en España como en la UE, reconozcan que, sin medidas para proteger la competitividad de nuestra industria, esta verá fuertemente debilitada su capacidad para invertir en su transición, y como sociedad, nos veremos abocados a depender de importaciones. Este reconocimiento permitiría a Europa continuar aprovechando todo el potencial de los plásticos a la hora de cumplir con el Pacto Verde de la Unión Europea en todos los sectores, asegurar el futuro de 1,5 millones de personas que trabajan en las 52.000 empresas europeas de la industria de los plásticos, y a la vez garantizar que la UE continúe liderando la senda global hacia la sostenibilidad de los plásticos. ¿Existen actualmente barreras regulatorias que dificulten la transición hacia la circularidad de los plásticos? Las empresas miembro de Plastics Europe están a la vanguardia a la hora de abordar los retos de la circularidad, aunque lograr una verdadera circularidad requerirá los esfuerzos combinados de todas las partes del ecosistema, incluidos los fabricantes de materias primas, los transformadores, los propietarios de marcas, los usuarios finales, las empresas de gestión de residuos y también los reguladores. Por lo tanto, es crucial que todas las partes apoyen estas ambiciones de circularidad. A medida que la industria europea avanza para hacer que los plásticos sean más circulares, consideramos que los reguladores también tienen una función que desempeñar a la hora de impulsar la demanda de plásticos circulares y crear un argumento económico positivo para las inversiones y los nuevos modelos de negocio. Actualmente, tal como se explica en 'The Plastics Transition', hay barreras regulatorias en las que se debería poder avanzar, especialmente en todo lo relativo al desarrollo de las diferentes tecnologías de reciclado. En relación al reciclado químico, solución que viene a complementar el reciclado mecánico, esperamos que los reguladores puedan aportar claridad en la metodología del balance de masas cuanto antes. Una claridad que significaría desbloquear las importantes inversiones anunciadas por nuestras empresas que están preparadas para invertir en torno a 8.000 millones de euros de aquí a 2030 para el desarrollo de estas tecnologías. También es importante simplificar y acelerar los trámites de permisos para proyectos de construcción de instalaciones con tecnologías industriales circulares y bajas en carbono. En paralelo, creemos que es necesario incentivar modelos de negocio circulares creando demanda a través de la legislación. Para ello, pedimos que se establezcan unos contenidos mínimos de plásticos circulares, y que sean también aplicables a los productos y plásticos importados. Como comentaba anteriormente, una barrera regulatoria es la falta de medidas para restablecer la competitividad de la industria en Europa. Nuestra hoja de ruta pone de manifiesto la necesidad urgente de crear unas condiciones equitativas y recuperar la competitividad en la UE; el diseño de una normativa para revitalizar la industria de los plásticos, la financiación de una economía circular de los plásticos, la garantía de precios competitivos de la energía a la vez que hacer accesibles y asequibles suministros fiables de energía baja en carbono e hidrógeno. Los marcos regulatorios no pueden ser barreras, han de ser unos potentes aliados de la transición de los diferentes sectores económicos. Las medidas reguladoras y los instrumentos económicos -como los objetivos obligatorios de reutilización o contenido reciclado, o más en general el contenido circular de los plásticos- pueden aumentar de forma efectiva la demanda de plásticos circulares basados en fuentes recicladas, biomasa o captura de carbono. 13
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