AGUA 52 Se plantea así un reto útil para todos, conseguir que las inversiones contempladas por los presupuestos públicos sean vinculantes y reformar la Ley de Contratos del Sector Público para agilizar los trámites administrativos. No es de rigor que desde que surge la idea de una actuación hasta que se aprueba el proyecto pasen muchos meses, incluso años, e igual suceda desde que se alcanza ese hito hasta que se produce la adjudicación, ya que en este lapso el presupuesto se desactualiza, de ahí que sea muy importante que se arbitren mecanismos como puede ser la revisión de precios que garantice la actualización del presupuesto; si no se hace así las empresas se enfrentan a una pérdida económica real. Algunos problemas del sector del agua Antolín Aldonza, portavoz de la Junta Directiva de ASAGUA (Asociación Española de Empresas de Tecnologías del Agua) El sector público es el principal financiador de las inversiones, a cuya cabeza se sitúa el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y, en concreto, la Dirección General del Agua; de otra parte, están las empresas que realizan los trabajos, las cuales para organizarse y ser eficaces necesitan conocer las previsiones de las administraciones públicas. Los fondos necesarios en régimen normal los aportan los Presupuestos Generales del Estado, los de las comunidades autónomas y los de los ayuntamientos, aunque hay situaciones en que se ven incrementados como sucede en la actualidad a causa de los Fondos de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Por tanto, son conocidos por las empresas, pero sucede que esos presupuestos no son vinculantes y se pueden marginar ciertas actuaciones. Además, una cosa es el dinero que figura para cada actuación y otra bien distinta es lo que se gasta, esto es el grado de cumplimiento de la inversión (créditos definitivos/ pagos realizados) que muestra el grado de eficacia de la gestión por parte del órgano de contratación; grado de cumplimiento que debía ser del 100%, pero que a veces se sitúa en torno al 50%. Para ayudar a las empresas, esos presupuestos deberían ser cada año de la cuantía del anterior incrementados en lo que suponga la inflación, pero varían mucho de unos a otros, por ello la inversión ni es sostenida ni sostenible en el tiempo, lo que unido a la posible demora de la aprobación del presupuesto crea una situación poco propicia para que hagan sus previsiones. Son varios y variados los problemas que afectan al sector empresarial del agua, como también los que afectan directamente al agua. Grosso modo podemos considerar que el sector está formado por las empresas que proyectan las infraestructuras, las que las construyen y las que las explotan, la mayoría de las cuales aglutinan estas dos últimas actividades.
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