MEDICIÓN Y CONTROL 59 El perfil de temperatura en la línea de repostaje hace que el factor tiempo también sea relevante: el hidrógeno se calienta cuando se expande. Por ello, el gas se enfría previamente a -40 °C mediante un intercambiador de calor, para poder mantener posteriormente una temperatura inferior a 85 °C. Esto es necesario porque los depósitos de los vehículos sólo están previstos para este valor. Cuanto más se acerque la temperatura a 85 °C, más debe ralentizarse y regularse el proceso de repostaje por medio de la refrigeración. INSTRUMENTACIÓN COMPLEJA Dada la situación potencialmente crítica, la línea de repostaje de una estación de H2 está equipada con instrumentación compleja, que incluye sensores de presión, temperatura y caudal, así como válvulas de cierre y ventilación. Los caudalímetros Coriolis son especialmente adecuados para controlar el caudal debido a las altas presiones que se producen. Los puntos de medición de temperatura y presión son cruciales para la seguridad operativa. Las sondas deben trabajar con tiempos de respuesta cortos y ser resistente a la presión: la necesidad de una respuesta rápida hace que no sea buena idea utilizar una vaina. Así, la punta de la sonda debe ser capaz de soportar presiones de hasta 875 bares sin protección. Al mismo tiempo, debe tener un diseño compacto para evitar el contacto con en el medio. Una conexión roscada cónica, por ejemplo, proporciona al termómetro la resistencia necesaria y mantiene el punto de medición sellado de forma fiable. Los sensores de presión instalados en el sistema de tanques suelen tener una presión nominal de 1.000 bar o 1050 bar. Este valor se basa en la presión nominal del depósito del vehículo -700 bares en el caso de los automóviles de pasajeros- más un factor de seguridad relacionado con la temperatura. Los sensores también deben funcionar según las especificaciones en el rango de temperaturas típico de HRS, de -40 °C a +85 °C. Por último, pero no por ello menos importante, la tarea en cuestión requiere dispositivos con protección contra explosiones, o incluso certificación SIL en determinados puntos de medición del sistema. Perspectivas: La puesta en marcha de una amplia red de estaciones de servicio abre nuevas oportunidades para los fabricantes de tecnología de medición dentro del prometedor segmento de la movilidad del hidrógeno. Tanto las propias estaciones de repostaje de hidrógeno como los electrolizadores, que son esenciales para la producción de hidrógeno ecológico sin efectos sobre el clima, deben construirse en grandes cantidades y, al mismo tiempo, ser más eficientes. Incluso podría tener más sentido desde el punto de vista económico que los grandes sistemas de abastecimiento de hidrógeno produjeran su propio hidrógeno utilizando electricidad verde, por ejemplo en las estaciones de servicio. Del mismo modo, a medida que se construyan y amplíen los conductos exclusivos para el hidrógeno, las estaciones de servicio podrían conectarse directamente a la red de suministro en el futuro. Será mucho más fácil satisfacer las necesidades de las infraestructras en materia de instrumentación una vez que las iniciativas de normalización en curso hayan concluido. Paralelamente, la industria del hidrógeno se esfuerza por reducir los costes de construcción y explotación de las estaciones de servicio mediante la normalización, el abaratamiento de los componentes y la optimización de los procesos, con el fin de que el repostaje de H2 resulte también atractivo desde el punto de vista del precio. Los requisitos adicionales que deberá cumplir la tecnología de medición y control abrirán camino a una mayor eficiencia. n Hidrógeno.
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