18 ESPEC I AL 1 00 18 años de Interempresas Química & 18 años de Industria Química 18 años atrás corría el año 2004 y estábamos a las puertas de 2007. Ese año y 2008 fueron los últimos tranquilos antes de sumergirnos en la enorme crisis económica global que sacudió el mundo entero y lo sumió en un periodo de decrecimiento, incertidumbre y convulsiones políticas. En España, a la crisis económica se le sumó el estallido de la burbuja inmobiliaria, que había llevado a nuestro país a iniciar cada año la construcción de más viviendas que Alemania, Francia e Inglaterra juntas. Los efectos fueron visibles de inmediato. El paro creció en los años siguientes hasta los casi 5 millones de personas, una cifra nunca vista. La deuda pública se multiplicó por dos, el déficit público llegó al 10% y el euro, que tenía poco más de 6 años de vida, estuvo a punto de desaparecer. Carles Navarro, director general de BASF Española y presidente de Feique La industria química encaró la crisis con preocupación. El año 2009 fue un año de claro decrecimiento de la actividad, con una bajada de la cifra de negocios del 9%, según datos de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique). Ahora bien, si avanzamos hasta el año 2021, el último año con estadísticas completas, los registros muestran un crecimiento acumulado de la cifra de negocios, sobre la base del 2007, del 20% mientras que el conjunto de la industria todavía navega claramente por debajo del nivel de 2007. En algunos foros se describe el periodo entre 2010, el año en que las ventas del sector se recuperaron, y 2020 como la “década prodigiosa” de la industria química. ¿Cómo es esto posible? Las respuestas son múltiples, por supuesto. En la receta del éxito reciente de la industria química participan de forma decidida su apuesta por la innovación, su creciente internacionalización y la estabilidad que ha proporcionado la colaboración entre empresas y sindicatos del sector a través de su convenio general, uno de los más antiguos y consolidados de la industria y a la vez uno de los más progresistas. La industria química invierte en estos momentos un 10% de su valor añadido bruto en I+D+i, y da empleo a 1 de cada 5 investigadores de la industria de nuestro país. Asimismo, es el sector quemás invierte en formación de sus empleados, 153 euros por persona y año. Una señal inequívoca de que los empleados son clave para el éxito de sus empresas y por ello reciben una remuneración anual promedio de 38.100 euros, una de las más altas de la industria. Por otro lado, las empresas químicas españolas, que vieron en 2009 colapsar sus mercados domésticos, supieron reforzar su competitividad en mercados exteriores hasta el punto de que
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