83 valencia de los materiales más fácilmente reciclables sobre los que no lo son, y, por otro, el rápido crecimiento de la introducción de soluciones biobasadas y/o compostables. En el sector de los materiales compostables se ha detectado una gran capacidad de evolución, en gran medida debido a la novedad de estos materiales, cuyo uso tiene una tendencia tal de crecimiento que se espera que en los próximos años alcancen una producción global de 7,43 millones de toneladas, cuadriplicando los 1,81 millones de 2022. Actualmente, el sector en que el grado de consumo de estos materiales es mayor es el del envase, tanto rígido como flexible, superando el millón de toneladas, cifra muy alejada del resto de sectores en que se emplean. Si bien de los materiales citados el más asentado en cuanto a capacidad de producción hoy en día es el PLA, éste cuenta con algunas carencias que están limitando su uso en algunas aplicaciones, como son las que requieren un compostaje doméstico, una alta flexibilidad o cierta resistencia térmica. Esto ha generado una ávida búsqueda de materiales que permitan superar estas barreras, surgiendo los polihidroxialcanoatos (PHA) como una familia de materiales con una gran gama de propiedades, que posibilitan su uso en un amplio número de aplicaciones. La longitud de cadena y las distintas unidades monoméricas que los forman aportan diferentes características; entre ellas, algunas de las propiedades comunes que más llaman la atención en el sector del envase son sus excelentes propiedades barrera a gases y vapor de agua, así como su biocompatibilidad. Se está trabajando, por tanto, en mejorar otros factores como la inestabilidad térmica o rigidez de algunos de los PHAs más comunes, como el poli(3-hidroxibutirato) (PHB) o el poli(3-hidroxibutirato-co-3-hidroxivalerato) (PHBV), con el fin de impulsar su consolidación en el mercado. En este sentido, han surgido numerosos proyectos de investigación que abordan tanto la optimización de propiedades de los PHAs, como de sus procesos de producción, naciendo así el proyecto NENU2PHAR, financiado por el programa Biobased Industries Joint Undertaking (BBI JU) de la UE. El objetivo de este proyecto ha sido la obtención de PHA a partir de fuentes de carbono poco exploradas, como son las microalgas, así como la selección de cepas de bacterias adecuadas para su obtención. Se ha considerado dentro del proyecto la mejora de los PHAs sintetizados de forma que se alcanzaran las propiedades necesarias para la obtención de 8 prototipos de diferentes características, entre los que se encuentran 4 para aplicaciones
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