54 MOLDES confianza en el grupo, en la industria en su conjunto. Saben, y lo creen de verdad, ser empresas individuales que compiten ferozmente por los mismos proyectos, pero saben también que en ocasiones deben colaborar, unirse, ser una sola fuerza. En todos los países, España no es una excepción, hay muchos clústeres enmuy diversos sectores. Pero lo sorprendente en el país luso es que allí el clúster, por decirlo de alguna manera, es verdadero. El uso de la marca colectiva de los miembros de Pool-Net favorece su diferenciación y la valorización de los productos y servicios del clúster, al tiempo que refleja su ubicación geográfica y sus características específicas (innovación, tecnología, calidad y know-how). No son pocos los que abordan proyectos internacionales conjuntamente, o los que crean empresas en otros países de forma agrupada. Saben ser amigos en México y “enemigos” en Alemania, competir con todas sus fuerzas para ganar un proyecto en China, pero unirse para abordar un mercado latinoamericano en el que, por motivos muy variados, necesitan un fuerza mayor que la que tienen individualmente. “Una de las razones por las que esta industria sigue aquí es por la colaboración”, señala un conocido moldista. La colaboración no se limita a la cooperación entre los propios moldistas, sino con todo el entramado de formación y centros tecnológicos construidos a su alrededor. Otra de las grandes virtudes de todos ellos es su capacidad para ofrecer soluciones completas. “Nuestro ADN es la ingeniería”, afirma el CEO de uno de los moldistas visitados, una aseveración que bien podría utilizarse para muchos otros. El discurso no es nuevo, es el más utilizado en los últimos años por todas la industrias. “No vendemos productos, vendemos soluciones”. Pero cuando uno pasea entre máquinas de electroerosión y centros de mecanizado en Portugal, cuando se acerca a sus oficinas técnicas, el corazón de sus negocios, observa que tienen interiorizada la necesidad de ofrecer un paquete integrado que va desde el diseño, pasando por el mecanizado, hasta el montaje y la propia inyección de las piezas. De hecho, muchos de ellos han pasado de tener un número limitado de inyectoras para la realización de pruebas, a la construcción de un pabellón adjunto para la inyección de piezas en condiciones de producción. Son moldistas y transformadores de plásticos, un modelo que tampoco fue extraño en España cuando nuestra industria florecía, pero que se marchitó por un conjunto de circunstancias. BIEN EQUIPADOS En la parte productiva cuentan con los mejores medios, no solo en el mecanizado en sí mismo, sino también en softwares de simulación o utilización de elementos finitos. Y los moldes están configurados para la inyección con todas las más actuales formas de inyección, entre ellas la asistida con gas, con agua, espumaciones tipo MuCell, moldes para compresión... Conocer a los moldistas portugueses es aprender que solo con Muchos de los moldistas portugueses cuentan con inyectoras propias para las pruebas. En los talleres de mecanizado destaca el elevado nivel tecnológico.
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