PU252 - Plásticos Universales

18 ACTUALIDAD Por qué el sector alimentario defiende el plástico ante el nuevo Decreto de envases El sector alimentario en su conjunto (agricultores, fabricantes, supermercados y hosteleros) ha presentado alegaciones al Proyecto de Real Decreto de Envases diseñado por el Gobierno, con la defensa del plástico como material imprescindible de nexo entre todos ellos. Las exigencias a la hora de reducir el uso del plástico que incluye el texto elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica van más allá de lo que dicen las directivas europeas, y representantes del sector coinciden en señalar que en su opinión los objetivos son “imposibles de cumplir” en algunos casos. Óscar Tomasi, Efeagro Las alegaciones están inspiradas en la utilidad del plástico como garante de la seguridad alimentaria y como herramienta clave para frenar el des- perdicio de comida, frente a quienes critican este material y abogan por el uso de alternativas. Las medidas que recoge el Decreto sonmuy amplias, van mucho más allá del plástico y afectan a todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, que en líneas gene- rales acusan al Ministerio de tratar de imponer metas “desproporcionadas que no se justifican desde un punto de vista medioambiental”. Detrás de estas críticas se esconde un debate clave: el sector apuesta por el reciclaje del plástico y su reutiliza- ción, mejorando las tasas actuales, mientras que el proyecto normativo pretende directamente su sustitución en muchos casos y reduce los plazos. La controversia también afecta a Ecoembes, el organismo que gestiona hasta ahora el reciclaje de envases en España –creado por las propias empresas del sector– y cuya labor dis- cuten organizaciones ecologistas. De hecho, el proyecto legislativo apuesta por la creación del llamado ‘Sistema de Depósito, Devolución y Retorno’ (SDDR) en España, el cual inicialmente iría dirigido a botellas de plástico de un solo uso de hasta tres litros y latas que contengan agua, zumos, refrescos o cervezas: el consumidor pagaría un sobreprecio (el mínimo se fija en 10 céntimos) cuyo importe recupera en tienda si devuelve el envase. La iniciativa es contestada por los supermercados, que consideran que se trata de una opción muy costosa –la propia norma propone extender el uso del SDDR a las latas por cuestiones de rentabili-

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