breaking news Se han cumplido dos años del inicio de la pandemia del covid 19, ese cisne negro que irrumpió en nuestras vidas y en nuestra economía. Luego, como las réplicas de un terremoto, llegaron la escasez de materias primas, la subida del transporte marítimo y el incremento del coste de los combustibles y de la electricidad, con la inevitable secuela de una inflación disparada que según los expertos sería un fenómeno temporal. Todos estos factores cincelaron un año 2021 duro y complicado pero que fabricantes, distribuidores y aplicadores lograron sobrellevar con notable profesionalidad. No en vano, hubo mucho trabajo y un crecimiento positivo de las ventas a unos consumidores que seguían decididos a mejorar sus hogares y sus negocios. Con todo, está travesía también impuso algunos severos peajes a las empresas con el deterioro de sus márgenes, al intentar asumir una parte significativa del aumento de costes, y sin olvidar la reducción de la innovación de los productos pues los fabricantes bastante tienen con garantizar el suministro a sus clientes. De cara a 2022, se esperaba un ejercicio de continuidad en la facturación pero con una progresiva estabilización de los costes, la disponibilidad y la logística. En definitiva, con una cadena de suministro menos tensionada. Además, la llegada de los fondos europeos Next Generation y las ayudas públicas prometía estimular la economía. Fue entonces cuando entre las brumas del Este europeo emergió no ya un cisne de mal agüero sino el más temible de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. Y ahí seguimos, levantándonos cada mañana para ir a trabajar entre partes de guerra e informes económicos más pesimistas que los de ayer pero menos que los de mañana. Se trata de una nueva prueba de estrés y un desafío monumental que una vez más obligará a las empresas a dar lo mejor de sí mismas, a pesar de las numerosas incertidumbres, para ser capaces de lidiar con lo que venga y lograr adaptarse a las circunstancias cambiantes. En estos momentos, las cadenas de suministro siguen muy tensionadas y a los problemas citados se sumó el transporte interior tras la huelga del trasporte por carretera. Pero el principal temor de las empresas del sector es que la inflación, que en marzo se acercó al 10%, se mantenga a estos niveles durante meses. La inflación será clave en el comportamiento del consumidor, que podría modificar sus hábitos de compra en un momento en que la demanda interna es el elemento decisivo para la reactivación económica. También preocupa que la suma de los encarecimientos de las materias primas y la energía genere a los productores un aumento de costes que les resulte muy complejo repercutir, aunque sea parcialmente, sobre el cliente final perjudicando aún más los márgenes empresariales. Los fabricantes temen que si suben demasiado los precios se puedan ver desplazados por su competencia, y que se bloquee la decisión de compra de un consumidor que aplazaría sine die sus proyectos de renovación. A ello se suma el problema ya estructural de las elevadas exigencias normativas de la Unión Europea en materia medioambiental, de seguridad y salud que inciden sobre los fabricantes. Se aspira a modular la presión sobre la industria química para que las empresas europeas no queden en desventaja competitiva frente a los productos extracomunitarios. Pero objetivamente hablando, la económía está lejos de ser un páramo yermo o un valle de lágrima. Noticias positivas... haberlas, haylas... Según el Barómetro Sectorial de AECOC, en 2021 las grandes superficies especializadas crecieron el 23,7% en su cifra de negocio. Y en una reciente encuesta de laAsociación de Fabricantes de Ferretería y Bricolaje – AFEB (con una importante, y creciente, presencia de fabricantes de pintura y sus accesorios), el 73% de los socios eran optimista en su previsión de ventas. Prevén cerrar 2022 con cifras de ventas similares a las de 2021 o bien aumentando sus ventas entre un 10 y un 30%. No obstante, a causa del aumento de los costes de fletes, materias primas y suministros este año el 95% de los encuestados piensan aumentar el precio de alguno de sus productos para evitar entrar en pérdidas. En relación a los suministros, el 80% está teniendo problemas y el 64% está sufriendo roturas de stock. Por ello, un 63% prevé aumentar su estocaje, y la mayoría se prepara para que los precios sigan subiendo. Y respecto al conflicto en Ucrania, más del 70% ha notado o prevé una disminución de sus ventas debido a este conflicto, y más del 80% cree que esta guerra afectará moderadamente a la economía de su empresa. La consultora Double Trade informa que el año pasado el sector de la construcción en España creció un 22%. Se realizaron 51.400 obras con un presupuesto que supero un 78% el de 2020 y un 38% el de 2019. El 68,5% de las obras fueron reformas y el 30% nuevas construcciones. Por su parte, la inmobiliaria Revel considera que 2022 será un ejercicio de recuperación ya que aumentará la demanda y las transacciones en la compra de viviendas y locales. Destaca que el año 2021 se comportó mejor de lo esperado con un incremento del 34,6%en la compraventa de inmuebles respecto a 2020. Y afirma que en 2022 aún queda recorrido de mejora. Según la consultora británica Drewry los fletes entre Europa y Asia registraron a principios de abril el precio más bajo desde hace nueve meses y prevé que la tendencia continúe en las próximas semanas. Sin embargo, el precio es aún un 67% más caro que hace un año. España es el país de la Unión Europea con mayor número de productos que han obtenido la etiqueta ecológica europea Ecolabel. Un total de 17.139 productos, el 21% del total. Por cierto, nuestro país dobla las de vecinos tan potentes como Alemania o Francia.
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