informe EL AÑO 1992 BILL CLINTON ESTABA COMPITIENDO CON GEORGE BUSH PADRE POR LA PRESIDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS. Bush acababa de ganar la primera guerra del Golfo consiguiendo con ello popularidad y prestigio internacional, y aspiraba a la reelección. Clinton tenía dificultades en encontrar un mensaje en el que centrarse en las elecciones. Y entonces recibió la respuesta por parte de uno de sus estrategas principales, que le dijo: «Es la economía, estúpido». Esa frase fue el eslogan de su campaña, se centró en la economía y el resultado ya lo sabemos: Bill Clinton ganó las elecciones y estuvo ocho años en la Casa Blanca. Aunque en este artículo quiero hablar de algo muy diferente, la reparación del hormigón, he querido contar todo lo anterior para mostrar cómo se puede resumir en una frase - fuerza de cuatro palabras toda la esencia de una campaña por el cargo más poderoso del mundo. Por lo mismo, quiero centrar en una frase - fuerza corta lo más importante en que deben enfocarse los que especifiquen o apliquen los sistemas de reparación. Importancia de la adherencia en la reparación de hormigón. La reparación de hormigón estará regida por el nuevo Código Estructural, de obligado cumplimiento, que cuando se escriben estas líneas todavía no ha entrado en vigor, pero está a punto de salir. De una manera muy simple dice que reparar hormigón es devolver a éste a sus condiciones originales. Y para conseguir esto ¿qué es lo más importante? ¿Las prestaciones de los productos que se colocan? ¿El método de aplicación? Pues todo ello es importante. Pero lo verdaderamente importante «es la adherencia, estúpido». Es la adherencia,muchas y pequeñas, que es como el hormigón trabaja adecuadamente. Esto genera, a su vez, problemas de durabilidad. Y si el problema de falta de adherencia es más grande, las fisuras pasan a ser grietas de las que ponen los pelos de punta. Pero si el problema de la adherencia es más grande, se puede producir el colapso de la estructura. Por lo tanto, parece que hay que tomárselo en serio. ¿Y cuáles son los mecanismos de anclaje del hormigón a la armadura de acero? Pues principalmente tres: 1.- Engranaje. Se produce un efecto de engranaje del hormigón que ha penetrado entre las corrugas. Esa especie de dientes que quedan clavados en la barra es el principal mecanismo de transferencia de fuerzas. Para ello se necesita que el hormigón haya penetrado perfectamente en esos huecos, rellenándolos totalmente, y además que ese hormigón sea muy resistente pues va a soportar un gran esfuerzo de cizallamiento cuando entre en carga. 2.- Adhesión. Por otro lado, el hormigón tiene cierta capacidad de adherirse al acero, aprovechando la mínima porosidad de este. Este mecanismo es el de menor capacidad de transferencia de esfuerzos entre hormigón y barra. 3.- Rozamiento. Por último, existe un fuerte rozamiento entre hormigón y armadura cuando se produce un esfuerzo que tienda a hacer deslizar a esta en aquel. Ese rozamiento es debido a la retracción que se ha producido en el hormigón cuando ha endurecido, y que «abraza» fuertemente a la barra. Y cuando realizamos una reparación por parcheo con morteros... ¿logramos el mismo efecto descrito en los tres puntos anteriores? Pues depende de como se haga. Si hacemos una buena limpieza del acero, aplicamos concienzudamente una lechada pasivante y después ponemos encima el mortero, habremos logrado reproducir los tres mecanismos de adherencia descritos anteriormente: 1.- Engranaje. La lechada, con su fluidez, habrá podido penetrar en las corrugas, creando los dientes de anclaje necesarios para formar el efecto engranaje. Además, esa lechada tiene la suficiente resistencia para llevar a cabo ese efecto. 2.- Adhesión. La lechada pasivante contiene polímeros con los que se adhiere al acero, logrando también este efecto para la transmisión Y cuando hablo de adherencia... ¿a qué adherencia en concreto me refiero? Pues a la adherencia de los materiales (morteros de reparación), tanto al hormigón como a la barra de acero, en el parcheo que se realice. Si los morteros adhieren perfectamente, formarán parte resistente de la estructura, como el hormigón original, tal y como especifica el Código Estructural. Si los morteros se colocan de cualquier forma, con una mala adherencia, los parches realizados serán simplemente unos elementos postizos que no ayudan estructuralmente y tendremos suerte si no se caen. De las dos adherencias indicadas anteriormente querría analizar la que es quizá la más importante: la adherencia del mortero de reparación a la armadura del hormigón reparado. ¿Por qué es tan importante esa adherencia? Pues porque transmite los esfuerzos entre el hormigón y la armadura de tal forma que actúen de una manera sinérgica. ¿Y qué pasa si esa adherencia no es buena? Si el problema no es muy grande, se forman pocas fisuras pero muy grandes, en vez de ESTÚPIDO La reparación de hormigón Ése es el tema de este artículo, para quienes se hayan quedado algo confundidos con su título. Y antes de que empiecen a pensar del autor «y tú más», déjenme explicarles el porqué SÓLOPINTURA 36
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