PO715 - Potencia

37 para el parque de maquinaria de Huarte. El tema de las máquinas siempre es una cosa que te gusta. En la carrera estudias cosas, hay muchas asignaturas de motores, de máquinas, máquinas eléctricas, incluso ferrocarril… Pero en industriales no existe la asignatura de maquinaria de construcción, como sí existían para los ingenieros técnicos de obras públicas. Yo tengo el libro, me lo regaló el catedrático porque yo fui a dar algunas charlas allí. ¿Qué recuerdo tienes de aquella etapa en la escuela? Muy bueno. Primero y segundo eran cursos muy selectivos. Éramos mil personas, y a segundo pasaban menos de la mitad. Segundo era el curso más duro de la carrera, y después, aunque había asignaturas más complicadas, como termodinámica o electrónica, era más llevadero. Recuerdo la asignatura de mecánica, la más dura de la carrera. El catedrático era Juan José Scala Estalella. Aprobé a la primera. Éramos como mil; el examen escrito, de problemas, lo aprobamos 50, y pasamos al teórico, que eran tres horas en la pizarra, oral. Aprobamos 29 Ya te digo yo tengo muy buenos recuerdos allí en la escuela, porque ya una vez pasabas segundo te consideraban más compañero. Recuerdo a profesores como José Vilarasau era ingeniero industrial, y fue el primer presidente de La Caixa, o el catedrático de organización industrial, Juan Ramón Figuera. Pasados los inicios ya te daban las clases de otra forma, éramos menos alumnos. ¿En aquel ambiente primaba más la competencia o la camaradería? Yo creo que había más camaradería. Además, los exámenes los hacías solo, lo aprobabas o lo suspendías tú, no había un cupo de alumnos que tuviesen que pasar. ¿Es la generación que luego participaría del gran desarrollo de las constructoras españolas? En mi promoción salía más gente hacia la industria que a la construcción. La construcción siempre ha sido un sector muy copado por ingenieros de caminos y por arquitectos. Una de las pocas mujeres de aquella promoción fue Elena Salgado, quien luego fue ministra de Economía con Zapatero. Pero en las constructoras había pocos ingenieros industriales, casi todos estábamos en maquinaria o en oficina técnica, en temas de instalaciones, cálculos de estructuras, estructuras metálicas… Huarte, que fue la primera empresa donde yo estuve, tenía una división de estructuras metálicas. En aquella época se hacían muchísimos hospitales con estructuras de acero. Huarte hizo el de La Paz, el de Ramón y Cajal, el de Cruces de Bilbao y el de la Fe de Valencia. ¿Cuál fue tu primera labor en Huarte? Me nombraron responsable de mantenimiento y reparaciones del parque de maquinaria, que estaba en la calle Alberche de Madrid. En el taller tenían una línea muy buena de fabricación de piezas. Había tornos, fresas… Cosas que normalmente no había en ningún taller. Anteriormente, no había repuestos. Teníamos unas máquinas italianas, unas traíllas Ansaldo Fossati, pero no había repuestos o tardaban mucho. Cuando se rompía alguna pieza, la fabricaban en el taller. Eran bastante autosuficientes. Pero el tema de mantenimiento todavía no estaba todavía organizado. Los fabricantes te daban un catálogo con algunas directrices de mantenimiento, pero la gente no se los leía. Las máquinas se llevaban a la obra y si se quedaban sin aceite o tenían algún problema se mandaban a reparar. Entonces me pidieron hacer un plan de mantenimiento, que hice muy detallado, máquina a máquina. Hicimos unos libros muy completos para cada máquina, con fotos, instrucciones… También pusimos un equipo de gente que iba por las obras inspeccionando que este plan de mantenimiento se llevaba a cabo. Después dos o tres años pasé a la oficina técnica de maquinaria, además de seguir con el mantenimiento y las reparaciones.

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