PO714 - Potencia

19 en los últimos años, el segmento de la energía es el que concentra las previsiones más expansivas. Con la energía nuclear recobrando protagonismo, se estima que la construcción dirigida al mercado de la energía puede acumular un crecimiento del 14% entre 2024 y 2027. Además, en 2024 ya ha conseguido superar al ferrocarril, que hasta el momento era el segundo nicho en tamaño tras la infraestructura viaria. Situación y previsiones en España • La vivienda aportará un impulso extra al sector El comportamiento reciente de la economía española ha sido calificado de “sorprendente” por la manera en que ha resistido en un entorno claramente desfavorable. Por su parte, el sector construcción no ha sido capaz de avanzar al ritmo del PIB, debido principalmente al encarecimiento de los costes de construcción y los costes financieros tras la invasión de Ucrania. Ese es el patrón que contemplamos para el cierre de 2024: la construcción creciendo al 2% mientras que la economía se acerca al 3%. Sin embargo, para el 2025 prevemos un cambio en la pauta. El alivio proporcionado por los tipos de interés y por la estabilización de los costes, más el inminente cierre de la ventana de oportunidad de los fondos Next Generation han contribuido a que en el tramo final del 2024 se produjese un repunte de la cartera de proyectos. Todo ello crea las condiciones para que la producción en 2025 crezca un 3,5% y finalmente muestre más ímpetu que el PIB. No está del todo claro si el sector tendrá suficiente capacidad productiva para atender al extra de demanda, pero si esa amenaza no se materializa, vemos factible que el sector mantenga estos ritmos de crecimiento también en 2026 (4%) y 2027 (3,5%). La mayor parte de responsabilidad en este repunte recae en la edificación residencial. Tanto los promotores privados como los públicos parecen haber interpretado que ahora es un momento oportuno para incrementar la escasa oferta de vivienda de nueva planta. La iniciativa privada ha sido la primera en tomar la iniciativa, al comprobar como la demanda ha reaccionado positivamente ante las bajadas de tipos. La promoción pública opera con menos agilidad, pero a la vista de cómo la vivienda se ha convertido en otro campo de batalla político, se arriesga a sufrir las consecuencias de un incumplimiento manifiesto de las sustanciales promesas hechas en torno a la vivienda asequible. La estimación para 2024 es de un 2,8% de crecimiento, asumiendo que el auténtico cambio de ritmo se notará del 2025 en adelante. Para el periodo 2025-2027 prevemos crecimientos anuales en una banda del 5 al 6%. El comportamiento del mercado no residencial presenta diferencias sustanciales con respecto al residencial. Ciertamente, la inflexión de los tipos de interés ha contribuido a estabilizar las rentas y detener la depreciación en algunos nichos clave como las oficinas, los centros comerciales o la logística. Pero antes de lanzarse a emprender nuevos proyectos, los promotores parecen querer asegurarse de cuánta demanda habrá en este nuevo escenario, y en qué nichos se concentrará. Pese a que la normalización de la economía, la salud financiera de las empresas y los reducidos stocks de superficie sugieren que la producción debería repuntar con cierta intensidad, hemos mantenido esencialmente la misma

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx