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Editorial Con pies de plomo Una de las citas más esperadas sobre estas fechas es la conferencia de verano de Euroconstruct. El ITeC, representante español del grupo de análisis, es el encargado de presentar las conclusiones sobre la evolución y perspectivas del sector de la construcción tanto a nivel europeo como español. Las previsiones vuelven a ser más optimistas para España que, tras un impacto de la pandemia especialmente acusado, esquiva la recesión prevista para la construcción en este 2024 en Europa (-2,7%) y muestras perspectivas de crecimiento para los próximos años. A pesar de que el impulso de los fondos Next Generation comenzará a limitarse y al impacto del aumento de los costes en las obras de construcción, la ingeniería civil continúa siendo el principal motor del sector en nuestro país. Las previsiones de crecimiento de la obra pública se elevan hasta el 2,8% para este año, niveles que se mantendrían al menos hasta 2026. No obstante, es en el sector residencial donde más nos alejamos, para bien, de la situación europea. Mientras que en Europa se anticipa una contracción severa por encima del 9% anual en 2023 y 2024, España ha logrado mantener una producción estable sin caídas significativas en el periodo 2022-2024 y con previsión de crecimiento de entre el 1,5% y el 2% para los dos próximos años. Con todo, no podemos dejar de mirar con atención la evolución de los focos de tensión que han afectado al sector en los últimos años. Aunque han suavizado su escalada, los costes siguen siendo un quebradero de cabeza para las empresas y un problema para la Administración que sigue viendo que un porcentaje mayor de lo deseado de licitaciones públicas quedan desiertas. Además, la formación y la mano de obra en distintos grados de cualificación continúa siendo un reto mayúsculo para unas plantillas cuya edad media sigue elevándose sin que se vislumbre un relevo generacional. Hay varios factores que se antojan cruciales para el futuro inmediato de la construcción en España. La sostenibilidad, la digitalización y la colaboración público privada serán pilares fundamentales para mejorar la eficiencia y la competitividad del sector. Una industria fuerte permitirá afrontar con mayores garantías las posibles turbulencias en un mundo cada vez más cambiante e inestable. Además, hará más atractivo el sector para esas nuevas generaciones que no contemplan la construcción como una salida profesional acorde a sus aspiraciones. Nos encontramos ante desafíos importantes tanto para nuestras empresas como para la Administración pública, responsable de crear el contexto adecuado para poder dar respuestas a las exigencias de Bruselas con las menores trabas posibles. Pero, como hemos visto en las previsiones de Euroconstruct, la construcción en España tiene ahora mismo unas fortalezas que debemos saber aprovechar para definir el sector que queremos para el futuro.l 6

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