Demolición 116 traen consigo. Sin embargo, no se puede dejar de lado la demolición mecánica sin explosivos. En ocasiones, sin embargo, se han dado diversos casos en los que por algún motivo las estructuras a demoler no han podido ser voladas. Condicionantes como la urbanización del espacio adyacente o el entorno natural provocan que las voladuras no sean seguras o técnicamente viables. En el caso del desmantelamiento de la Central Térmica de Foix, el emplazamiento se encontraba encajonado entre viviendas y unas vías de tren, lo que imposibilitaba cualquier tipo de voladura. Los servicios esenciales ferroviarios y la existencia de suelo urbano son factores limitantes a la hora de aplicar demolición mediante explosivos. Otro gran condicionante se da cuando se realiza un desmantelamiento de uno o varios grupos de generación de una central, mientras otra parte de la misma sigue en funcionamiento. Por motivos de seguridad operativa de la propia planta, se debe descartar por completo, como sucede en el desmantelamiento del Grupo II de la Central Térmica de Soto de Ribera. Esta situación es más habitual en los sectores químico o petroquímico y diversos sectores productores, donde es habitual el cierre o demolición de una sola parte de la producción, para adaptarse y mejorar en sus procesos. Cuando se dan estos casos, se deben realizar otros métodos de desmantelamiento. Para el caso de la caldera, se lleva a cabo el denominado 'top down'. Este método consiste en retirar todos los elementos de la caldera comenzando por la parte inferior de esta y ascendiendo por ella, realizando cortes interiores. Estos cortes se deben planificar y estudiar individualmente y llevar a cabo de una manera técnica y cuidadosa. Una vez retirados todos los elementos de la caldera se demuele la estructura de ésta; siguiendo un orden inverso al anterior, es decir, comenzando desde la parte superior y descendiendo hasta cota 0. Otro ejemplo son las chimeneas o torres de refrigeración. En el caso que no pueda realizarse su voladura, se hace uso de un robot equipado con implementos de demolición y controlado de manera remota, con un aspecto similar al de una araña. Estos robots llevan a cabo la demolición realizando giros sobre la estructura, mientras que van rompiendo la propia estructura hacia el interior y descienden sobre esta. Se trata de un proceso laborioso que requiere de muchas horas de trabajo, pero que es realmente efectivo en las ocasiones en la que no es posible utilizar explosivos, como sucedió con la Central Térmica de Foix en el municipio de Cubelles (Barcelona). La satisfacción del cliente siempre ha sido un objetivo que Lezama Demoliciones ha perseguido a lo largo de todas las obras que ha ejecutado, y así lo corroboran los trabajos continuados que vamos realizando desde 2017 con el desmantelamiento y la demolición de la Central Térmica de Foix, seguidos de las centrales térmicas de Anllares, La Robla, Narcea, Soto de Ribera y, por último, Litoral. Un presente cargado de retos y un futuro prometedor para Lezama Demoliciones, con la vista puesta en la mejora de la calidad de sus servicios gracias a su apuesta por el I+D+i, la economía circular y la seguridad y salud de sus trabajadores.l Trabajos de desmantelamiento de la planta de tetrahidrofurano (THF) para el cliente Dupont en Asturias.
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