Potencia

Demolición 114 del cartucho, que poseía 220 mm de largo y 28 mm de diámetro. Estas perforaciones debían realizarse a 45 grados de la generatriz y con una gran precisión para garantizar el buen funcionamiento del proceso. Gracias a la realización de las perforaciones en los pilares y las carcasas, se pudieron instalar las 866 cargas elementales de dinamita gelatinosa repartidas a lo largo de ambas estructuras. Estos cartuchos de 200 gramos se sellaron en los barreños y se conectaron a los 130 metros de cordón detonante de 12 g/m, con una velocidad de detonación de 6.900 m/s. Finalmente, se instalaron 1.206 detonadores electrónicos, los cuales poseen un pequeño retardo de 25 ms, garantizando que la secuencia de disparo se pudiera llevar a cabo correctamente. De esta manera, en tan solo 2 segundos, la secuencia de detonación fue ejecutada y poco después, las torres se redujeron a escombro. Primeramente, se detonaron los explosivos que se encontraban en la zona de caída, seguido de la explosión de aquellos que se situaban en la zona contraria. Esta diferencia de milisegundos garantiza el correcto abatimiento de las torres. Finalmente, se realizó la detonación en la envolvente del edificio, provocando la dislocación del hormigón de la estructura y garantizando que se tritura en un alto grado el material antes del contacto con el suelo. Además, esta secuencia hace que la carga instantánea sea baja, limitando así la sobrepresión aérea a un valor admisible y garantizando la seguridad de todo el proceso. La ejecución de la voladura había resultado un éxito y se acercarían unos meses de tratamiento del RCD generado a través del proceso de demolición con explosivos. Y es que, tras la voladura, el hormigón que formaba las torres de refrigeración se vuelve a aprovechar. La gran cantidad de metros cúbicos de hormigón limpio se tritura mediante machaqueo con retroexcavadora y demoledor secundario, para después cargarlo sobre una machacadora y generar un árido de relleno de granulometría concreta. Esta planta de recuperación de hormigón móvil es una oportunidad de valorización de recursos enorme, pues permite rellenar los huecos que se han generado en el emplazamiento con los propios activos que la central térmica poseía. Demoliciones parciales o completas de instalaciones químicas Finalmente, cabe destacar un caso que Lezama Demoliciones realizó hace más de 15 años, en 2005, cuando el sector energético no estaba integrado en su cartera de clientes. Así, se llevó a cabo el desmantelamiento de la planta de tetrahidrofurano (THF) para el cliente Dupont en Asturias. Dentro de todos los trabajos de demolición, se abatieron torres de destilación y chimeneas, se desmantelaron equipos rotativos y, como broche final, se procedió con la voladura de una torre BUOX, para así terminar con la demolición completa de la instalación química. En este caso concreto, se utilizaron únicamente las cargas de corte lineal para cortar los pilares circundantes al eje de abatimiento debido a que se trataba de una estructura más ligera que una caldera de una central térmica. De esta manera, una estructura cercana a los 80 metros pasaba a situarse horizontalmente con una altura de menos de 15 metros. En definitiva, ejecutar voladuras en edificaciones concretas posee una serie de beneficios que superan considerablemente a algunos impactos negativos que estas Trabajos con robot para el desmantelamiento de la Central Térmica de Foix.

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