Potencia

111 Atendiendo a los principios de la economía circular y la legislación que entrará en vigor a partir del año 2024, se aplica un sistema de demolición selectiva. Así, se segregan los residuos que se producen durante los trabajos de desmantelamiento, permitiendo el aprovechamiento de recursos como los Residuos de Construcción y Demolición (RCD), todo tipo de metales provenientes de distintos equipos o estructuras, los plásticos, etc. Se trata de una técnica que Lezama Demoliciones lleva muchos años realizando, adelantándose a la normativa que tarde o temprano iba a formar parte del sector. Para lograr esta segregación, resulta de vital importancia separar en el origen, de tal manera que todos los procedimientos de Lezama Demoliciones tienen como eje convertir cada equipo en una serie de corrientes monomateriales. De esta manera, se logra mejorar la pureza de todas las corrientes de materiales, aumentando sus posibilidades de reutilización; desde la auditoría predemolición, hasta los procesos de demolición, separación y tratamiento en obra. Entre todos estos procedimientos de desmontaje, cabe destacar las voladuras. Esta técnica consiste en introducir una cantidad determinada de explosivo en la parte inferior de estructuras esbeltas, para así provocar su abatimiento de manera controlada. Una vez dichas estructuras están situadas sobre el suelo, el desmantelamiento de estas es mucho más sencillo, seguro y eficiente. Pero ¿qué estructuras son en las que las empresas de demolición prefieren realizar voladuras? Comúnmente, aplicamos esta técnica a estructuras con una relación dispar entre altura y anchura, las cuales resultan difíciles de acceder a través de medios mecánicos como cestas elevadoras o retroexcavadoras de brazo largo. Además, suelen ser estructuras donde un material abunda con relación al resto, por ejemplo, las chimeneas y las torres de refrigeración, que están construidas mayoritariamente de hormigón. Evidentemente, en una voladura entra en juego una herramienta fundamental: los explosivos. De hecho, se trata de la variable que más influencia posee a la hora de llevar a cabo una voladura. La colocación de las cargas en las estructuras siempre ha sido un reto técnico para Lezama Demoliciones, por ello, para realizar voladuras en sus desmantelamientos de centrales térmicas siempre se ha contado con el apoyo de grandes profesionales. Todas las cargas explosivas se colocan en barrenos perforados en el hormigón armado de los elementos estructurales que se van a volar. Estas perforaciones se realizarán con perforadoras de aire comprimido con un diámetro variable en función de las características de los cartuchos de explosivo utilizados. Estas perforaciones se realizan desde una cesta elevadora con una perforadora manual, o con una perforadora de cantera, por ejemplo, para las columnas periféricas de las torres de refrigeración. La demolición con explosivos trae consigo grandes tareas de preparación y de segregación de materiales. En este caso, toda esa preparación, además de la coordinación de todos los trabajos, es realizada con personal y medios propios de Lezama Demoliciones. La preparación del entorno de la caída de la estructura, la comunicación con las partes implicadas en el área de la demolición y la seguridad de las personas son claves para garantizar el éxito de esta técnica. El impacto de una demolición con explosivos se estima en un radio máximo de medio kilómetro, en el cual puede haber afecciones relativas a vibraciones, ruido o transporte de polvo. Estos impactos negativos pueden afectar a poblaciones colindantes o a especies animales que vivan en ecosistemas cercanos. No obstante, la prevención, la comunicación y el estudio de los ciclos vitales de las especies reducen estos impactos y minimizan sus efectos. Por otra parte, realizar una voladura posee unas ventajas muy importantes, tales como la reducción de los tiempos de ejecución de obra, la mejora en la segregación de los materiales por la reducción de la dificultad en las tareas de desmantelamiento y, sobre todo, la reducción de los tiempos de trabajo a grandes alturas. Esto hace que demoler mediante explosivos sea un trabajo más seguro que cualquier otro que se plantee, evitando exponer a los trabajadores a situaciones de riesgo continuadas. Como se venía diciendo, las voladuras son especialmente eficientes en estructuras donde un material abunda respecto al resto. Sin embargo, para poder segregar en origen correctamente y llegar al objetivo de valorización de residuos que Lezama Demoliciones persigue, es necesario realizar una serie de trabajos previos. En todas las experiencias que la empresa ha tenido con sus voladuras, se han necesitado meses de trabajo para conseguir desmantelar por completo las estructuras, así que ¿cómo se procede desde el primer día para realizar una voladura? ¿Cuáles son las tareas clave que garantizan el éxito en estos trabajos? La caldera de CT Anllares El desmantelamiento de la central térmica de Anllares fue uno de los proyectos más emblemáticos para Lezama Demoliciones, sentando las bases de los trabajos que se iban a realizar a futuro. Se trataba de una instalación que era propiedad de Endesa y Naturgy, la cual se comenzó a desmantelar a mediados de 2019. Generaba una potencia de 365,2 MW con un solo grupo, mediante una caldera de 50 metros de altura y un volumen aparente de 177.500 m3. La estructura estaba formada por un

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