61 Una vez jubilado y tras 46 años trabajando en BYG, ¿qué sentimientos afloran ahora en su cabeza? Después de tantos años y tantas vivencias, desde los comienzos en Tractocentro (Tracesa) hasta estos últimos tiempos, es lógico que afloren muchos sentimientos. Fueron comienzos difíciles, con pocos recursos pero con muchas ganas, confiando siempre en un equipo de compañeros, los que iniciamos esta aventura, que lo daban todo por salir adelante. El contexto era complicado. Recuerde que a mediados de los 70 estábamos saliendo de una crisis social muy importante y suponía prácticamente una temeridad empezar un negocio de esta categoría. Por fortuna, gracias al apoyo de los propietarios, todo salió bien. No teníamos medios, se cargaban a mano repuestos muy pesados y se trabajaba en un local pequeño de una calle céntrica de Madrid que estaba en cuesta y cuyo tráfico, a veces, se tenía que cortar para poder descargar los camiones que llegaban a diario. Luego llegaron los años 80, que vinieron con la transición del equipo comercial de la empresa y con la entrada de savia nueva que todavía dirige BYG. Y después, los 90, con la consolidación y la ampliación a toda España de las delegaciones propias, lo que dio paso a nuestro liderazgo en el sector. Antonio (centro), junto a los dos fundadores de BYG, José Gallén (izquierda) y Aureo Bartolomé (derecha). Antonio siempre ha mantenido una gran relación con la prensa técnica. En la primera imagen, con parte del equipo de Tractocentro Madrid, directiva de BYG y responsables de la revista Potencia. Y en la segunda, algunos de los artículos publicados en Potencia relativos a los aniversarios de la compañía.
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