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4 Editorial Balance positivo, a pesar de todo Echamos el cierre a 2022 con el tradicional balance de lo que han supuesto los últimos doce meses. Repleto de vaivenes en todos los ámbitos, el año ha estado marcado por la guerra desencadenada en Ucrania tras la invasión de Rusia el 24 de febrero y las consecuencias que ha tenido para todos. La primera guerra de agresión a gran escala en Europa desde la Segunda Guerra Mundial es, primero y fundamentalmente, una enorme tragedia humanitaria. Pero también está siendo un terremoto en cuanto al suministro energético a buena parte de Europa, que afronta este invierno con restricciones para hacer frente a la situación. También ha agravado los problemas que arrastra la industria desde la pandemia en la cadena de suministro. El encarecimiento de las materias primas, el precio del combustible o la escasez de componentes ha afectado de forma severa a distintos sectores, entre los que también se encuentra la maquinaria de obra pública. Además, este encarecimiento en los precios está di cultando la ejecución de distintas obras, muchas de ellas bajo el paraguas de los Fondos Next Generation, por la imposibilidad de las empresas constructoras de asumir los incrementos de costes. A pesar de todo, no podemos decir que 2022 haya sido un mal año. Los fabricantes y proveedores de maquinaria están reportando cierres de ejercicio muy positivos con las carteras de ventas a pleno rendimiento, limitadas por la disponibilidad de buena parte de los equipos. Los fondos europeos para la recuperación, si bien están tardando en llegar a las capas más bajas del tejido productivo, sí están provocando una cascada de licitaciones como hacía más de una década no veíamos en España. Además, la industria de la maquinaria para la construcción parece haber asumido con gran ímpetu los procesos de transición energética y digital. Los fabricantes están realizando importantes inversiones en I+D que ya estamos viendo en portfolios cada vez más completos de maquinaria eléctrica, y ya no se conciben estos equipos sin un completo paquete tecnológico para garantizar la seguridad de los operarios y su entorno y la conectividad de los equipos para su control y gestión. El mejor ejemplo de todo ello ha sido Bauma. El gran escaparate de la industria de la maquinaria para la construcción, obra pública y minería, ha sido re ejo de estos avances que buscan conseguir un sector más seguro y limpio para todos. Si suele decirse que en Bauma se marca la hoja de ruta para los siguientes tres años, la tendencia está clara. Ahora falta que el mercado responda a esta oferta, para lo cual hará falta un impulso por parte de las administraciones para renovar el muy obsoleto parque de maquinaria que tenemos en España. En de nitiva, dejamos atrás un 2022 tremendamente complicado pero del que, sin duda, pueden extraerse conclusiones positivas. Y como no puede ser otro modo, cerramos estas últimas líneas del año deseando a nuestros lectores unas felices estas y un próspero 2023.

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