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36 Opinión ASAGUA Agua: inversión sostenida y sostenible para afrontar el futuro Javier Romero de Córdoba, Presidente de la Asociación Española de Empresas de Tecnologías del Agua – ASAGUA Los ciudadanos debemos tomar conciencia de la necesidad de conservar en perfecto estado las masas de agua, ya que de otra manera no tendremos un medioambiente adecuado en los términos que expresa nuestra Constitución y sufriremos, como ya hacemos, las consecuencias. Para lograrlo hay que invertir en infraestructuras, camino que no han tomado nuestras administraciones públicas en los últimos tiempos. No obstante, parece que arranca una nueva época en la que damos la bienvenida a la inversión, tan escasa en la última década. En los próximos seis años, la inversión prevista destinada al agua asciende a más de 24.000 millones de euros, que será necesaria gastar hasta 2026. Una cifra que permitirá recuperar el stock de capital público hidráulico, tan denostado a causa de la sequía inversora, y beneficiará a los ciudadanos y al medioambiente. Este nuevo ciclo inversor es motivo de celebración, por supuesto, sin olvidar que para que llegue a buen término es imprescindible la reforma administrativa que contemplan los Fondos de NEXT GENERATION para acortar los plazos de las licitaciones. Ejecutar las actuaciones necesarias y llevarlas a cabo en ausencia de intereses partidistas es vital para lograr infraestructuras que respondan a las necesidades sociales y eviten el despilfarro de años pasados. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) en materia de agua alcanzará los 1.700 millones de euros, inversión a la que suma el tercer ciclo de la planificación hidrológica -2022-2027-, que prevé que las inversiones de todas las administraciones hidráulicas alcancen los 20.000 M €. Además, los Presupuestos Generales del Estado de 2022 destinan al agua 443,9 M € y el PERTE del Agua anuncia inversión de 1.600 M provenientes de los FRTR, más 1.020 M de otros fondos. Desde ASAGUA abogamos por una planificación objetiva, de base técnico-científica, que permita una inversión sostenible y sostenida en el tiempo. Tenemos claro que alcanzar la mejor relación calidad-precio y exigir el cumplimiento estricto de lo acodado debe ser el norte de toda licitación y, por tanto, el fin al que han de tender los poderes adjudicadores. Alcanzarlo impone la necesidad de dotar bien y con expertos preparados los servicios técnicos del poder adjudicador y agilizar el proceso administrativo, ya que a la antigüedad del proyecto se suman los meses que dura la licitación. Cabe recordar que la escasez de licitaciones y su reparto irregular en el tiempo han motivado bajas exorbitantes de difícil o imposible justificación. Esperamos que con el nuevo ciclo inversor las empresas refuercen su músculo financiero, tan necesario en el caso de las PYMES y tal como requiere Europa. Y por supuesto, que los poderes públicos den solución al incremento excepcional del precio de las materias primas experimentado en el último año, con secuelas graves para el sector como la paralización y rescisión de contratos y licitaciones desiertas; situaciones todas ellas perjudiciales para los intereses públicos. Si se cumplen las inversiones que contemplan estos planes estaremos más cerca de alcanzar los aproximadamente 25.000 M € que necesita el ciclo urbano del agua para ponerse al día; eso sí, incrementando las dotaciones presupuestarias para situarlas en los niveles anteriores a 2008 y desarrollando la colaboración público-privada. 

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