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24 Opinión ANEFA Los áridos y la sociedad, ante la gran encrucijada Ramón Ruberte Auré, Presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Fabricantes de Áridos – ANEFA Permitidme que comience estas líneas tomando algo de perspectiva. Solo un par de pasos para, a vista de pájaro, contemplar la situación general y la nuestra en particular. El sector de los áridos, al igual que el resto de la economía, sigue presionado por una serie de circunstancias que, todas juntas, parecen cernirse sobre nosotros: una crisis de demanda que dura ya 15 años; la pandemia de COVID-19 que frenó temporalmente la senda de crecimiento y que, justo cuando sus consecuencias en la coyuntura económica parecían remitir, ha sido seguida por una crisis en las cadenas logísticas y de transporte, así como por el desabastecimiento de materias primas. Por encima de todo ello, además, sobrevuela el cambio acelerado del modelo energético empujado por la aplicación de políticas de neutralidad climática que se ha sumado para generar un escenario de inflación y de incremento generalizado de costes de la energía y otros suministros que se ha agravado a lo largo de 2021. Una situación que la invasión rusa de Ucrania ha acelerado y empeorado exponencialmente en 2022. A esto, por último, tenemos que añadir que los gastos financieros han iniciado una preocupante tendencia al alza que puede poner en dificultades a las empresas y a las propias administraciones si la situación deriva en otra crisis de deuda. Una tormenta perfecta fraguada a base de fuertes envites sobre los que están cristalizando, por si fuera poco, todas las nuevas políticas vinculadas al Pacto Verde Europeo y su desarrollo nacional y autonómico, que nos traen nuevas exigencias y objetivos cada vez más ambiciosos. Ese es el contexto en el que tenemos que ser sostenibles y rentables. Y, por eso, deseamos reclamar medidas para apoyar a nuestra industria, para prepararla de forma que pueda aprovechar la esperada reactivación económica y para converger, sosteniblemente, con los objetivos europeos y nacionales de cambio climático. Por eso, durante el VI Congreso Nacional de Áridos, hemos presentado el Plan Estratégico Áridos 2030 que toma el relevo y actualiza nuestro Plan Estratégico 2012 – 2025 del Sector de los Áridos, así como nuestra declaración ambiental de producto, la DAPÁridos, realizada por el sector, como garantía de compromiso y apoyo a las compras públicas verdes, con productos sostenibles. Para salir airosos de esta tempestad necesitamos contar, además de con nuestro trabajo y determinación, con, por ejemplo, tecnologías que aseguren el cumplimiento de los objetivos marcados desde las instancias políticas, a unos precios que permitan que las empresas podamos hacer una transición ordenada que no comprometa nuestra viabilidad. Una PYME minera tarda mucho más de una década en poder renovar su flota de maquinaria móvil. Por eso se necesita tecnología disponible a precios asumibles. Y herramientas financieras para esta transición. Y, desde luego, estabilidad a medio y largo plazo en la neutralidad de las soluciones tecnológicas para evitar vaivenes e inseguridad jurídica. Lo que es una realidad es que ya ha empezado a cambiar drásticamente la forma de operar de nuestras empresas para siempre, aunque todavía no seamos plenamente conscientes de ello. Consideramos que las empresas productoras de áridos hemos recibido el encargo por parte de la sociedad en su conjunto de contribuir al bienestar de los ciudadanos, al suministrar sosteniblemente los productos necesarios para la construcción de viviendas, escuelas, hospitales, carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, etc. y también para numerosas aplicaciones industriales y medioambientales, donde son componentes esenciales. Nuestro áridos son un producto estratégico para lograr con éxito la transición energética y los objetivos de neutralidad climática. Contribuimos de forma incontestable a los Objetivos del Desarrollo Sostenible 2030 y estamos implicados en materia de promoción y conservación de la biodiversidad, así como en la mejores rehabilitaciones posibles para nuestras explotaciones. También en economía circular, a través del papel clave que juega este sector en la gestión de residuos de construcción y demolición, en el reciclado y en la valorización de éstos y de las tierras y piedras de excavación, así como en la gestión de los residuos inertes de industrias extractivas y del agua. Sin olvidar la digitalización del sector que ha de ser un vector de desarrollo imprescindible. Muchos frentes, grandes desafíos ante nosotros. Ante todos nosotros como sector, como país, como continente. Desafíos que recibimos seguros y preparados por el trabajo realizado durante años, por el apoyo que recibimos de nuestros colegas en toda Europa, por la confianza en que nuestro producto es estratégico y de primera necesidad y por el hecho de que todos los que desarrollamos nuestra labor en este sector vamos a trabajar sin descanso por ser mejores y por contribuir al máximo al desarrollo sostenible de la sociedad en la que vivimos. O

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