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31 que “no nos queda prácticamente ni un euro para invertir”, siendo uno de los principales perjudicados de esa política el sector construcción. La situación ahora es al revés, el sector público rescata al privado, asumiendo la reactivación de la economía y el resultado es que es la más rápida desde 1900, dicho por el FMI y la OCDE, según Bernardos, que aportó datos optimistas para el futuro, comparándolo con la salida de la crisis anterior, que tardó casi una década. En cambio, de la crisis generada por la Covid-19 vaticinó que saldremos a lo largo del año que viene, donde tendremos cifras macroeconómicas equiparables a las de antes de la pandemia: en 2022 recuperaremos el PIB de 2019; el número de ocupados de febrero de 2020 lo lograremos en junio de 2022, junto con el mayor crecimiento demográfico de la democracia, entre el 6,3% al 6,7%. Por otro lado, también argumentó que durante la pandemia las familias han ahorrado mucho y gran parte de ese ahorro se convertirá en gasto, lo que favorecerá un elevado crecimiento tanto en 2022, que estimó en el 7%, y en el 2023 “superaremos el 4%”. Unos resultados muy halagüeños donde matizó que no todo el mundo está de acuerdo con sus predicciones. Inversión rentable Ante el aumento de la industrialización de los procesos constructivos, tanto en el ámbito de la edificación como de infraestructuras de toda índole, Bernardos planteó un panorama muy favorable, tanto por el apoyo del actual Gobierno a esta tendencia industrializadora, como por la coyuntura expansiva descrita. En esta línea, el economista augura una aumento importante de la rentabilidad de la edificación, primero por los bajos tipos de interés bancario que favorecen una guerra hipotecaria, lo que abarata la adquisición final del a vivienda. “Prácticamente nunca hemos visto en el sector promotor una situación con menos riesgos”, afirmó, porque tiene un comodín que le permite salvar siempre la rentabilidad de la promoción y esa carta mágica se llama bulk rent, es decir, venderle a una empresa o a un fondo la promoción para alquiler de viviendas. El bulk rent evita la venta de viviendas una a uno, hay que hacerlo con impor tantes descuentos que pueden llegar al 40%, pero aun así se gana dinero, según el experto. Esta modalidad aparece porque la renta fija es el mercado del mundo más grande que hay de inversión y la renta fija está absolutamente anulada, porque la mayoría de los productos ligadas a la misma tiene una rentabilidad escasa o negativa, como sucede con muchos bonos públicos. Pero en este contexto “los fondos de pensiones de los maestros de Alabama o de los carpinteros de Glasgow necesitan invertir en activos que les proporcionen como mínimo de forma regular una rentabilidad del 4% o 5%, y esto perfectamente lo cumple el alquiler en España, incluso comprando con un descuento del 30% o 40%”, explicó Bernardos. Tras esta aclaración, Bernardos incitó al sector a introducirse en este negocio inmobiliario, “porque realmente el mercado tiene disponibilidad de absorber mucho más de las 125.000 viviendas”, incidiendo una vez más en el escaso nivel de edificación que se está observando. Gonzalo Bernardos terminó su exposición con el deseo de que sus proyecciones se cumplan “por el bien de ustedes, pero por el bien del país”. En esta línea, el economista quiso aclarar que el boom inmobiliario de 1998 a 2007, principalmente en 2001 a 2007, tuvo muchas características negativas, pero también muchas positivas: todas las ciudades pequeñas y medianas de España, en 10 años dieron un salto que no habían dado durante los 30 años anteriores. “Esperemos que esta vez sea boom y no burbuja, y nos quedemos con todos los elementos positivos, y sin muchos de los negativos”, comentaba. Finalmente se despidió orgulloso de la capacidad tecnológica de las empresas españolas de este sector, aludiendo a obras emblemáticas como la del Canal de Panamá o el puente entre Suecia y Dinamarca. O

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