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10 La construcción va a ser clave a la hora de cimentar la recuperación económica de España, pese a los numerosos focos de incertidumbre que afl oran a la luz de los fondos europeos. En cualquier caso, el sector ya está dando claros síntomas de fortaleza tras el impacto de la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus y ha contribuido a amortiguar el golpe en nuestro país. No es para menos, ya que el sector representa alrededor del 10% de nuestro PIB, da empleo a unos 1,3 millones de trabajadores y canalizará, de manera directa e indirecta, en torno a siete de cada diez euros que provengan de las ayudas comunitarias. Claro síntoma del potencial que tiene la construcción y del papel relevante que va a desempeñar en la reconstrucción económica. El camino, no obstante, no estará exento de difi cultades que amenacen con echar por tierra esta recuperación o, al menos, que frenen el ritmo de crecimiento esperado. En el caso de la construcción son muchos los frentes que se han erigido como un desafío para el sector, como son la posible eliminación de nuestro contrato fi jo de obra, el repunte del precio de las materias primas -que pone en peligro la viabilidad de los contratos públicos-, la falta de mano de obra cualifi cada o los requisitos fi jados para acceder a las ayudas para la rehabilitación. La posible eliminación del contrato fi jo de obra, además de una decisión desafortunada para la economía, se trata de uno de los grandes frentes en los que está inmerso el sector. El Gobierno pretende tumbar esta modalidad contractual en su lucha contra la temporalidad, sin tener en cuenta que constituye un modelo con una casi nula confl ictividad laboral y que está consensuado entre trabajadores y empresarios desde su creación. Nunca ha habido debate sobre su existencia, ya que ha contribuido a dar fl exibilidad y estabilidad, así como a que la afi liación haya aumentado más de un 12% en un año. Por tanto, su eliminación torpedearía la recuperación económica y tendría unas consecuencias muy perjudiciales en términos de empleo, dado que habrá despidos objetivos y podría promover una “autonomización” del sector. Otro de los grandes frentes es el repunte del precio de las materias primas, que ha encarecido notablemente los costes de los proyectos y que, en el caso de los contratos públicos, deben ser asumidos por los propios empresarios del sector, sin ningún tipo de compensación por parte de las Administraciones. Por tanto, es vital que se reforme la regulación sobre la revisión de precios ante la oleada de nuevos proyectos que se van a poner en marcha gracias a los fondos Next Generation. El escenario no es simple. Algunas materias primas -como el petróleo o el cobre- han duplicado su precio en el último año y, además, el encarecimiento de los materiales ha venido acompañado de problemas de disponibilidad y suministro de diversas materias primas presentes en el día a día y que provocarán la demora de determinados proyectos públicos. Por si este ‘cóctel’ no fuese sufi ciente se suma la falta de mano de obra en el sector, aunque hayamos absorbido parados de otros más damnifi cados por la pandemia como la hostelería o el turismo. En este marco, la construcción necesita atraer la atención de los jóvenes para rejuvenecer las plantillas, ya que solo un 9% de los empleados tienen menos de 30 años y la mayoría supera los 40 años, por lo que se necesita cubrir las futuras bajas que habrá con muchos trabajadores cerca de jubilarse. Más si cabe en un momento en el que sólo para cumPedro Fernández Alén Presidente de CNC – Confederación Nacional de la Construcción Construir para poner los cimientos de la reconstrucción

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