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52 Grupos electrógenos: cómo dar un rendimiento óptimo en climas extremos Hay muchos factores externos ajenos a la ingeniería que condicionan el funcionamiento de los grupos electrógenos y que obligan a diseñarlos de forma especial. Cuando un equipo debe trabajar en zonas sísmicas o donde se producen vibraciones mecánicas importantes, en lugares con grandes índices de polución, humedad o salinidad o en sitios con mucho frío o donde el calor es sofocante 10 meses al año, es más que probable que un grupo electrógeno convencional no funcione o no rinda como debiera y esto no puede suceder nunca. Los grupos electrógenos tienen que estar diseñados para garantizar el suministro de energía eléctrica de forma fiable y continua en cualquier situación por complicada que sea. También en los climas más extremos del planeta. Las situaciones extremas pueden afectar a diferentes parámetros físicos, mecánicos y eléctricos como la gestión térmica, la resistencia mecánica, oxidación, tratamientos superficiales, combustible, lubricación, aislamiento eléctrico, etc. Para diseñar correctamente un grupo electrógeno es necesario saber dónde va a ser instalado y en qué condiciones climáticas, mecánicas y físicas va a tener que funcionar o ser almacenado. Es fundamental, por tanto, prever una serie de características, elementos y parámetros que hagan que el grupo electrógeno funcione a pleno rendimiento en toda situación. Analizar los condicionantes externos e identificar una a una las características del entorno en el que el grupo electrógeno desarrollará su trabajo es vital. A mayor adversidad, más estrés Las regiones con un clima extremo suelen ser zonas remotas y aisladas que por sus necesidades energéticas o de otro tipo obligan a contar con un grupo electrógeno para mantener su operatividad. El aislamiento de estos lugares convierte en habitual el no disponer de recursos energéticos con facilidad. Así, muchas veces no existe una red eléctrica a la que conectarse o, si la hay, no es ni fiable ni estable. Por tanto, es muy necesario tener un suministro permanente o de emergencia de energía eléctrica y es aquí donde entran en escena los grupos electrógenos. Debido a su robustez, fiabilidad y adaptabilidad, con una configuración y dimensionamiento adecuados, son equipos capaces de funcionar en situaciones extremas de forma segura. El uso de grupos en estas situaciones hace que la mecánica y sistemas se vean sometidos a un mayor estrés. Debido a ello, uno de los puntos importantes, además de la adaptación a la situación y al uso, es un correcto plan de mantenimiento que en este tipo de casos es, aún si cabe, más importante. ¿Qué puede fallar? Cada situación extrema tiene asociadas unas condiciones diferentes y de ellas se derivan una serie de consecuencias que afectan al diseño con el fin de que un grupo electrógeno funcione y lo haga de manera eficiente. Estas son algunas de ellas: - Vibraciones, sísmico, choques. Cuando el grupo electrógeno debe trabajar en ambientes donde se producen vibraciones o golpes mecánicos es necesario que disponga de estructuras robustas y resistentes que aguanten bien esta situación de estrés. Se realizan cálculos estructurales para garantizar que no se produzcan deformaciones plásticas en los materiales. También hay que tener en cuenta que elementos como los silent-blocks no entren en resonancia en las frecuencias habituales de la vibración. Para ello, en Genesal Energy, experta en la fabricación de grupos para trabajar en climas extremos, realizan un estudio particular de cada proyecto, calculando los elementos antivibratorios más adecuados. - Aire contaminado o con partículas. En estos casos, lo más delicado son los elementos de ventilación y refrigeración por aire. Excepto que se trate de un local confinado con aire limpio, deberemos prever sistemas de filtrado de aire y cierres mediante envolvente del grupo electrógeno que lo proteja de la suciedad. La acumulación de esta puede traer problemas térmicos y de rendimiento. Es posible equipar filtros de aire heavy duty en el motor, instalar alternadores IP45, filtros antipolvo en la entrada de aire del grupo, rejillas motorizadas, etc. - Atmósferas corrosivas o de ambiente salino. Es necesario usar una envolvente protectora para exponer lo menos posible el grupo electrógeno. En este tipo de atmósferas, el mayor problema es la corrosión de elementos y superficies y esto obliga al uso de tratamientos especiales y pinturas adecuadas para la atmósfera en la que se va a encontrar el grupo: se aplica el tratamiento más idóneo según el ambiente de exposición, Empresas Genesal Energy aplica los últimos avances para obtener los mejores resultados incluso en las condiciones más duras y exigentes

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