4 Editorial De nuevo a la cola El Informe Económico Anual elaborado por CECE, el organismo que agrupa a los fabricantes de maquinaria y equipamiento a nivel europeo, refleja que las ventas cayeron un 6,4% en 2020 en el continente, confirmando así el mal año para la industria en un año marcado por la pandemia. A pesar de lo negativo del dato, es notablemente mejor que el registrado en nuestro país, que eleva la caída hasta un preocupante 25%. Sin entrar en los motivos particulares de este dato en particular, no sorprende que, una vez más, España reincida en el empeoramiento la media de los datos relativos a la economía y la industria, especialmente en épocas de crisis. Ya sucedió con estrépito en la iniciada en 2008, donde España perdió un volumen de mercado cercano al 90%, y ha vuelto a ocurrir con una crisis, la de 2020 que se inició en marzo y que en España ha impactado con gran dureza. Esta crisis sanitaria ha provocado mayores daños en la salud de los españoles y su economía que en la gran mayoría de países de nuestro entorno. Más allá de lamentar este hecho como si de un castigo impuesto se tratase, es importante analizar por qué, una vez más, estamos a la cola. Por qué, con un virus que ha sido el mismo para todos, España ha registrado la mayor caída del PIB de entre todos los países de la OCDE. Por qué el paro juvenil, de por sí en ratios insostenibles, se ha disparado triplicando la media de las economías desarrolladas. Según el informe ‘Mujeres en el sector de la Construcción 2020’, publicado por el Observatorio Industrial de la Construcción, la crisis del Covid ha hecho que la ya endeble presencia de la mujer en el sector haya retrocedido a niveles de hace una década. Sin negar la gravedad de la pandemia, es preocupante la rapidez con la se pierden progresos que ha costado años alcanzar. La falta de tejido industrial o de planes para acercar los planes de estudios a la realidad del mercado laboral nos ha llevado a esta fragilidad. Como la pescadilla que se muerde la cola, nuestra dependencia del sector servicios (turismo y hostelería, esencialmente) es tan grande que impide tomar medidas drásticas para la contención del virus, con lo que la situación sanitaria se agrava en el tiempo mientras la economía sigue sufriendo. Antes de cerrar estas líneas, es obligada una mención a la figura de Juan Francisco Lazcano. Presidente de CNC desde 2001, acaba de anunciar que pone fin a 20 años de mandato con su decisión de no presentarse a la reelección. Lazcano no solo deja la presidencia de CNC, sino también la de un órgano fundamental para el sector y todos los que forman parte de él, como es la Fundación Laboral de la Construcción. Institución que potenció y de la que presumió como muestra de lo que debe ser una mesa de diálogo entre los distintos agentes sociales. Presidente del jurado de los Premios Potencia y colaborador habitual en los múltiples proyectos que esta publicación ha llevado a cabo, solo nos queda agradecerle su labor en representación de los intereses de la industria (siempre insistió en que se denominase así al conjunto del sector), sino también su trato con TPI y esta cabecera.
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