Los nanomateriales mejoran tanto la resistencia mecánica como las propiedades antifouling de los recubrimientos PDMS La bioincrustación marina es un fenómeno natural que afecta gravemente la explotación y el transporte marítimos. Este proceso implica la acumulación de organismos marinos en las superficies sumergidas, como cascos de barcos y plataformas, lo que genera una serie de problemas económicos y ambientales. Entre los más destacados, se encuentra el aumento de la fricción y el consiguiente incremento en el consumo de combustible, así como la necesidad de un mayor mantenimiento de las embarcaciones. Desde mediados del siglo XX, se han desarrollado diversas estrategias antifouling (AF) o antiincrustantes para combatir este problema, siendo las más comunes las que contienen biocidas. No obstante, estos sistemas suelen ser tóxicos para ciertos organismos, contribuyendo a la contaminación marina. Ante esta coyuntura, los recubrimientos de polidimetilsiloxano (PDMS) han surgido como una alternativa más ecológica. Sin embargo, presentan limitaciones, como baja adherencia al sustrato y debilidad mecánica, que han restringido su aplicación. Es aquí donde los avances en nanomateriales proporcionan soluciones innovadoras para mejorar las propiedades del PDMS, potenciando su capacidad antifouling sin comprometer su seguridad ambiental. PROBLEMAS DE LA BIOINCRUSTACIÓN Y NECESIDAD DE SOLUCIONES AVANZADAS La bioincrustación marina, como explican los autores, implica la adhesión de más de 4.000 especies de organismos marinos. Este proceso no solo afecta el rendimiento de los barcos, aumentando su consumo de combustible hasta en un 40%, sino que también contribuye a la emisión de gases contaminantes como CO2 y SOx. A nivel económico, las pérdidas globales ascienden a miles de millones de dólares anuales, debido a la necesidad de mantenimiento y los tiempos de inactividad de las embarcaciones afectadas. Entre los métodos desarrollados para combatir la bioincrustación, los recubrimientos antifouling son la solución más efectiva. Los recubrimientos tradicionales que emplean biocidas, aunque efectivos, representan una amenaza significativa para los ecosistemas marinos. Por esta razón, la industria se ha enfocado en desarrollar materiales más seguros, como el PDMS. Este material es apreciado por su bajo costo, su capacidad para reducir la fricción y su compatibilidad con superficies hidrofóbicas. Sin embargo, las desventajas mecánicas del PDMS —como su baja resistencia a los daños y su incapacidad para resistir incrustaciones estáticas— han incentivado la investigación en nanomateriales. MEJORA DEL PDMS MEDIANTE NANOMATERIALES El uso de nanomateriales para mejorar los recubrimientos de PDMS ha sido una de las áreas de investigación más prolíficas en la última década. Según el artículo, los nanomateriales aportan propiedades únicas, como el efecto de tamaño cuántico, el efecto de superficie y el efecto túnel cuántico, lo que los hace ideales para aplicaciones antifouling. La bioincrustación marina implica la adhesión de más de 4.000 especies de organismos marinos. Este proceso aumenta el consumo de combustible de las embarcaciones hasta en un 40% y contribuye a la emisión de gases contaminantes. PINTURAS AUTOMOTRICES Y NAVALES 29
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