Industria de la Pintura

9 ACTUALIDAD MÁS NOTICIAS DEL SECTOR EN: WWW.INTEREMPRESAS.NET • SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER El calentamiento global se ha convertido en una realidad sumamente preocupante, y la expulsión de CO2 a la atmósfera es el principal responsable de ello. Para garantizar la coherencia entre los objetivos climáticos -incluidos en el Pacto Verde Europeo- y la política comercial, a partir de octubre la EU impondrá a las empresas que fabriquen fuera de Europa el CBAM (Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono), una especie de arancel a las importaciones de productos que se hayan fabricado sin cumplir con la normativa que impone Europa. Su motivación es muy clara, ya que si la UE obliga a sus empresas a reducir las emisiones, pero no se asegura de que las importaciones internalicen dentro de su precio el coste social de las emisiones generadas en su producción, lo único que conseguirá es incentivar a los productores a trasladarse fuera de la UE y abastecer el mercado único desde el exterior, siempre que los costes sean allí inferiores a los de aquí. 2026 y 2034, fechas clave Según diversos estudios, los ingresos que este “arancel” aportará a las arcas de la Unión oscilan entre los 5.000 y los 14.500 millones de euros, cifra, esta última, equivalente al 0,1% del PIB de los 27 países de la UE. Para que el CBAM sea compatible con la legislación de la OMC es preciso que el mecanismo europeo de reducción de emisiones definido por el ETS -que hasta la fecha asigna de manera gratuita permisos de emisión a aquellas industrias más expuestas a posibles fugas de carbono- garantice que las firmas europeas no sean tratadas de forma más favorable que las extranjeras; de ahí que dichas asignaciones gratuitas vayan a desaparecer gradualmente hasta 2034. El sistema aún está por def inir, pero según Joan Tristany, director general de la asociación empresarial Amec, “en 2026, una vez que el mecanismo sea plenamente operativo, los importadores de la Unión tendrán que obtener la autorización y adquirir certificados de carbono correspondientes al precio del CO2 que se habría pagado para producir los bienes en la Unión”. De este modo, las empresas importadoras tendrán que hacer una previsión de sus expectativas para todo el año. Los certificados no gastados al final del ejercicio podrán ser recomprados, pero solo un 30%. Por el momento se comenzarán a grabar cinco gamas de producto: cemento, electricidad, abonos, hierro y acero y aluminio, pero el Consejo de Europa ya ha anunciado que el impuesto se acabará aplicando también a la química o a los plásticos, así que nos afectará de pleno. Daños colaterales Un problema que plantea el CBAM es que los hogares de la UE con menos recursos se verán perjudicados, al incrementarse aún más el precio de la energía. Y ya sabemos que el incremento de la energía comporta un incremento de los precios de otros productos, algo que ya estamos sufriendo desde hace meses. Por otra parte, está claro que, al desincentivar la deslocalización de la producción, los países con menos recursos perderán inversiones. No obstante, si el CBAM funciona, los países que quieran acceder a los mercados europeos tendrán incentivos para elevar sus propios estándares y ello contribuirá a acelerar la transición energética mundial. Por tanto, en el fondo el CBAM actúa como un instrumento de coerción para el cumplimiento del Acuerdo de París utilizando una de las herramientas más poderosas de que dispone la UE, su política comercial. Europa se blinda con el arancel al carbono

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