OPINIÓN ¿Qué es importante que tenga un barniz para suelos de madera? el mercado hoy por los cambios en los gustos del consumidor. Para resolver los problemas de resistencia química, el cuarteo y los acabados en mate y satinado, llegaron los barnices a base de disolvente. Estos barnices se siguen usando mucho y en muchos mercados donde aún no se han prohibido. Efectivamente, resuelven varios de los problemas del urea formol. Pero los inconvenientes de los barnices a base de disolvente son que también huelen, son tóxicos, inflamables, tienden a amarillear y con el tiempo, además, oscurecen la madera. Hace ya más de cuarenta años aparecieron, por fin, los barnices de poliuretano a base de agua. Este tipo de barnices ha evolucionado extraordinariamente con los años en todos los aspectos. Son muy resistentes a las manchas químicas, al desgaste, a la goma de los zapatos, no suelen amarillear, son fáciles de aplicar y sobre todo no huelen y no son tóxicos ni inflamables. Además, existen ya con diferentes tipos de acabados, brillos, aspectos, etc. para satisfacer las nuevas demandas de los cada vez más exigentes consumidores, decoradores, profesionales y normativas. Hace unos quince o veinte años el tema de la resistencia al desgaste era un tema muy importante y lo sigue siendo, pero hoy todos los fabricantes han superado este obstáculo y ya no forma parte del debate. Lo que sí gana cada vez más importancia para los profesionales y para sus clientes finales (los propietarios de las casas, decoradores, arquitectos, etc.) son otras variables como: Autonivelación. Es muy importante que el barniz se autonivele para que el acabado quede homogéneo, a la vista, y por la comodidad del aplicador. Esta característica es importante también cuando hay una diferencia de temperatura y diferentes niveles de humedad relativa. También es muy importante que se autonivele bien cuando los profesionales usan diferentes tipos de herramientas de aplicación. Adherencia a la madera y entre sus diferentes capas. El barniz no solo tiene que tener una buena adherencia con la madera sobre la cual se aplica, ya sea roble, pino, ipé, jatoba, cumarú, sucupira, etc., sino también entre la primera capa de barniz o fondo y las siguientes, para que no haya problemas de «delaminación» a posteriori. Rápido endurecimiento superficial. Todos los barnices necesitan «fraguarse» o catalizar unos días hasta que adquieren su máxima dureza final, mientras que los propietarios normalmente no quieren esperar mucho tiempo para ocupar su vivienda, oficina, tienda, restaurante, hotel, etc. Por ello es vital que el endurecimiento superficial sea rápido y resulte posible entrar en el espacio barnizado a colocar los muebles, etc. rápidamente y sin dañar el acabado. Resistencia química, al rayado y a la goma de los zapatos, antideslizamiento, etc. Estas características son algo que hoy en día casi se da por hecho. Nadie quiere que queden manchas en el barniz si cae una copa de vino u otras incidencias que pueden ocurrir como, por ejemplo, si dejamos el perro solo en casa durante unas cuantas horas, etc. No queremos que nuestros niños no puedan jugar con sus juguetes en el suelo por si se va a rayar y tampoco que nuestros mayores caigan y se lesionen por ser un barniz que «patina». Los barnices al agua generalmente son duroelásticos. Eso significa que aguantan el rayado superficial o los llamados «microarañazos» en mayor medida que los barnices duros y poco elásticos. Hay que encontrar el punto de equilibrio entre la dureza y la elasticidad. Parece fácil pero no lo es. Resistencia al impacto. Este tema también es muy importante y va ligado a la duraelasticidad y a la adherencia a la madera. Si el barniz es demasiado rígido, como suele ocurrir con los barnices de urea formol (y por ello, con el tiempo, normalmente cuartean por el movimiento de la madera), cuando cae un objeto pesado o punzante el barniz se parte como si fuera un cristal. Y con la limpieza diaria los líquidos poco a poco irán penetrando en las microgrietas que se han abierto. Por ello es importante que aunque la madera se hunda en el lugar del impacto, el barniz tiene que «acompañar» a la madera y no partirse, y así se salva el parquet y se evita que los líquidos penetren por debajo del barniz. Desde hace siglos se han ido buscando diferentes formas de proteger a los suelos de madera. Al principio fueron las ceras. El problema era su difícil aplicación, baja resistencia, complicadomantenimiento y que dejaban «huellas» según se iba pisando la superficie. Después llegaron los aceites. Eran más fáciles de aplicar, tenían mejor resistencia química (a las manchas) y además dejaba un aspecto muy natural a la madera, pero requerían mucho mantenimiento y enmuchas ocasiones olíanmal. De ahí aparecieron los barnices de urea formol. Tenían buena resistencia a la abrasión y al desgaste y además eran fáciles de aplicar. El problema es y era que no tenían buena resistencia química, incluso al agua, cuarteaban con el tiempo y, sobre todo, eran y son muy tóxicos y desprenden olores muy desagradables para el profesional, el dueño de la vivienda y sus vecinos. Hoy en día ya no se vende urea formol en prácticamente ningún país del mundo salvo en España y todavía algo en Brasil, aunque cada vez menos en ambos países. Incluso el que era el mayor fabricante del mundo en urea formol, Sinteko, de Brasil, ya cerró sus puertas por la falta de demanda. Otro problema de los barnices de urea formol es que resulta muy difícil conseguir fabricarlos en satinado o mate o con un aspecto natural, que es lo que demanda 54 - PAVIMENTOS
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