Se trata de un acabado bicomponente que aporta las solicitaciones más exigentes. Su increíble tenacidad y resistencia al impacto, su reducido coeficiente de deslizamiento, su inalterabilidad a la luz, así como su magnífica protección de maderas exóticas (ipé, cumarú, etc.), convierten a PROFESSIONAL en imprescindible para el acabado de parquets y tarimas donde la solicitud sea máxima. El mercado del pavimento en general, y el del barnizado de suelos de madera muy en particular, requiere el cumplimiento de normas muy específicas en lo referente a conceptos como resistencia a la abrasión, resistencia al scracht, resistencias a los productos caseros más comunes, resistencia al amarilleo, efecto antimicrobiano, etc. En definitiva, resistencias a todo lo que pueda deteriorar los pavimentos de madera en un momento dado. Existe sin embargo, un concepto al cual se le está otorgando la importancia que merece, y que se puede cuantificar gracias a los procedimientos establecidos por el CTE (Código Técnico de la Edificación) a través de la Norma UNE-EVN 12633:2003, referido a la determinación del valor de la resistencia al deslizamiento / resbalamiento de los pavimentos pulidos y sin pulir. Este concepto es de gran importancia para todo tipo de suelos (en función de su localización, a los suelos de cualquier tipo se le exigen una serie de clases a cumplir), pero cobra especial relevancia en edificios públicos y en polideportivos. Proceso PROFESSIONAL Este proceso consiste en la aplicación de una capa de PRIMER PROFESSIONAL más dos capas de PROFESSIONAL (60 - 80 gr/m2 cada una). Todo el proceso está basado en poliuretanos acrílicos en base acuosa reticulados al 10% con HARDENER SK (inalterables a la luz). IRURENA recomienda un suave lijado entre ellas, especialmente antes de la aplicación de la última capa. Una vez más, IRURENA GROUP ha ido un poco más allá, obteniendo a través del Centro Tecnológico Tecnalia la certificación de la clase 3 -la más exigente- para el proceso denominado PROFESSIONAL. Edificios emblemáticos como los cubos del Kursaal de San Sebastián, el Frontón Mirivilla y el BEC (Bilbao Exhibition Center) de Bilbao, así como numerosos polideportivos repartidos por todo el país, avalan su compromiso con las prestaciones de tipo técnico, la estética y el medioambiente.
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