las tarimas WPC, así como la debilidad de la demanda de las tarimas de madera, las estimaciones sobre la actual correlación del consumo de unas y otras resultan muy dispares. Desde quien opina que las tarimas WPC ya representan el 65 / 70% de las ventas, hasta quienes consideran que madera natural aún conserva a su favor un porcentaje similar. Otros operadores entienden que el decking WPC aún no supera claramente el de madera y ambos se reparten el mercado casi al 50%. Un distribuidor considera que el crecimiento de la tarima WPC es, en parte, una moda, y que siempre habrá profesionales que apostarán por la durabilidad de la madera: «Se podría hacer una analogía con los suelos laminados y el parquet multicapa: cuando los laminados entraron en el mercado todos los profesionales se volcaron en este nuevo producto, pero con el tiempo cada uno ha encontrado su lugar. En el exterior sucederá lo mismo; aún estamos en periodo de auge del composite pero pronto todo se reclasificará». Las restricciones para importar maderas tropicales y la demanda creciente de tarimas WPC han provocado que las ventas de madera maciza para exterior sigan estancadas. Muchos profesionales la consideran casi un «producto de lujo» ya que el precio de las maderas tropicales, en especial del ipé, se ha incrementado por las restricciones en su importación y ahora por la depreciación del dólar. Un experto recuerda que existe «un incipiente mercado de tarima exterior modificada, como el pino termotratado, un producto respetuoso con el medio ambiente y que también es natural, pero el principal problema es la dureza». Por otra parte, la madera tratada en autoclave se ha reducido por falta de financiación pública y temas medioambientales. Desde otra óptica, un empresario comenta que «el cliente particular y profesional está tomando conciencia de que no hay oro a precio de cobre. Las maderas que se comportan correctamente en nuestro clima son muy concretas, y no está sólo la madera sino también la forma de instalación». Así pues, las especies que funcionan mejor en exterior «son en su mayoría las más consumidas a nivel mundial, y están sometidas a cambios de precios mucho más acusados que los elementos que contienen los composites». Pero, por otra parte, nuestro mercado es «un poco reticente a probar nuevas especies que se ha demostrado que funcionan igual de bien que otras más conocidas». Este desconocimiento «actúa en contra de fabricantes, profesionales e incluso de particulares que ven la oferta reducida a cuatro especies cuan-
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