breaking news El sector del pavimento ha logrado, hasta ahora, superar con nota la crisis provocada por la irrupción de la pandemia del covid 19. Se benefició del viento de cola de la decisión de los consumidores por invertir en la mejora de sus hogares... Pero las oportunidades hay que saberlas cazar al vuelo. Y ahí ha jugado un papel importante la capacidad de unas empresas y unos profesionales que han aprendido las lecciones de la anterior crisis financiera. Ahora en tierras de Ucrania se ha abierto la caja de Pandora. Un dictador y un torpe aprendiz de brujo ha soltado el segundo cisne negro en apenas dos años. Cuando los nubarrones de la incertidumbre se ciernen más sombríos que nunca, solo queda reiterar lo que hemos dicho en más de una ocasión: con estos bueyes hay que arar... Ni las empresas ni los profesionales ni los consumidores podemos caer en un pesimismo paralizante. En un ya lejano año 2014, una espléndida edición de Maderalia representó el fin de una larga etapa de crisis y el inicio de una nueva de crecimiento sobre unas basesmás sólidas y más sanas que las del boom inmobiliario. Este año todo apuntaba a qué Maderalia puede jugar un papel similar. En los últimos meses muchas empresas han depositado su confianza en esta feria, y acudiran como expositores sin arredrarse frente a los problemas que ensombrecen el panorama económico. Es posible que el clima de la feria se vea influido por la guerra y las nuevas dificultades que despuntan en el horizonte. Pero será una gran oportunidad para conocer el pulso del sector, y para que proveedores y clientes puedan dialogar de una forma directa y franca sobre los problemas que afectan a unos y a otros. Que desde hace muchos meses están tensionando las cadenas de distribución. Los operadores de nuestro sector coinciden en que el pasado ejercicio, con todas sus turbulencias, fue satisfactorio en cuanto a trabajo y facturación si bien con una sombra: la reducción de los márgenes empresariales. Algunos empresarios aseguran que para ellos 2021 fue un año magnífico que superó las ventas de 2019. Y hasta ayer muchos confiaban en que se mentendrá la demanda y que este año 2022 será un ejercicio de continuidad. A pesar de la incertidumbre que generan los precios y el suministro de materias primas, a los que se ha sumado una creciente inflación... De manera que las empresas han asumido que los precios seguirían altos durante una larga temporada. Y ahora se teme que esta temporada será más larga y los precios más altos. Pero se mantiene la confianza en que los fondos europeos y las ayudas alcanzarán a la economía real. Y beneficiarán a la construcción dinamizando la rehabilitación en hogares y negocios. Se prevé que después de casi dos años de restricciones este 2022 los consumidores dedicarán más recursos al ocio y el turismo en detrimento de la reforma domiciliaria. Pero se confía en que el crecimiento de la inversión en el contract y en los sectores hospitality y restauración compensará, en buena medida, la reducción de las reformas entre los particulares. Un dato que invita a la esperanza: entre 2022 y 2030 nada menos que 1,2 millones de viviendas en España necesitarán hacer reformas de cierta enjundia. Así pues, la construcción y el hábitat deben contribuir de forma notable a la recuperación económica en nuestro país. Si hablamos de reforma domiciliaria, para el sector tiene una importancia estratégica restaurar los parquets y tarimas de madera antiguos para evitar que sean sustituidos por otros materiales. Parece que ya existe una «conjura» entre parquetistas y fabricantes de productos afines al parquet para impulsar esta labor a través de las asociaciones de la FEPM. Pero la otra cara de la moneda es la creciente falta mano de obra cualificada para realizar estos trabajos de calidad. Es un problema que está más allá de los ciclos económicos y que afecta al conjunto del sector del pavimento ligero y de los gremios vinculados a la construcción. Son oficios que han perdido atractivo entre los jóvenes a pesar de que muchos, con la formación adecuada y si están dispuestos a mancharse las manos, podrían ganarse la vida mejor que en épocas anteriores. La formación profesional en madera, confinada a un cajón de sastre denominado genéricamente «carpintería», se encuentra en declive. Pero una formación reglada y especializada es imprescindible para profesionalizar el sector y luchar contra la competencia desleal. En los últimos meses, a causa de las bajas por covid y la escasez de operarios, algunas empresas han acumulado retrasos y se han visto obligadas a desprogramar trabajos. Y es que sin trabajadores cualificados ni se pueden aprovechar las etapas de vacas gordas ni se puede defender al sector en épocas de vacas flacas. La formación, pues, al margen de los ciclos económicos, sigue siendo una asignatura pendiente de nuestro sector que, a poco que avance la normalización social y económica, exigirá otra gran «conjura» para encontrar entre todos vías de solución que garanticen su futuro.
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx