os pavimentos laminados son un mercado maduro en el que operan muchos players bien consolidados desde hace años, y algunos de estos fabricantes y marcas disponen de importantes estructuras comerciales. Las prestaciones y la funcionalidad de este suelo, combinadas con su bajo coste, lo han mantenido mucho tiempo como un producto muy interesante para un gran número de mercados: reforma domiciliaria, obra nueva, contract... En los últimos años la situación ha cambiado en gran medida por la evolución de los pavimentos alternativos. El suelo laminado es un mercado estancado, con muy poco crecimiento y que defiende sus posiciones. La escasa cuota de mercado que sigue ganando a la cerámica la pierde con creces frente a los suelos Luxury Vinyl Tile por eso sus crecimientos van muy ligados al aumento de la economía y de la construcción. Un operador califica el crecimiento de 2019 de «plano» y lo sitúa en «apenas el 1,5%». Desde su perspectiva la industria del suelo, con algunas pocas excepciones, no está invirtiendo lo suficiente en I+D+i para mejorar las prestaciones de los pavimentos laminados. Otro experto, en cambio, destaca que el laminado sigue encabezando la demanda de la reforma y la obra residencial, y recuerda que «han sido cinco años muy buenos en el sector de la construcción por lo que el suelo laminado ha sido uno de los grandes beneficiados». Sin embargo, de cara al futuro los empresarios perciben una reducción de las oportunidades de negocio al ser un producto maduro (en un mercado estancado y sujeto a la invasión de productos de baja calidad y precio) y que poco a poco tenderá más a la venta online. Este año 2020 las estimaciones iniciales de fabricantes e importadores auguraban un año complejo, con un crecimiento plano y una posible bajada del mercado que podría generar una ligera caída. La irrupción de la crisis del covid-19 a mediados de marzo supone según un experto «un momento histórico, impredecible, en el que nadie sabe qué es lo va a pasar». Al margen de las actuales alteraciones del mercado, los pavimentos laminados se encuentran ante una encrucijada: asumir un inevitable declive en posicionamiento y ventas o bien intentar mejorar sus prestaciones frente a la competencia de los vinílicos en los aspectos en que éstos son superiores: resistencia a la humedad, confort de la pisada, reducción acústica... Un especialista, sin embargo, matiza que «los suelos laminados que realmente pierden ventas frente a los vinílicos son los llamados económicos, en la medida que no desarrollan tecnologías que los hacen resistentes al agua». Pero los laminados de calidad y valor añadido «ya tienen resuelto el problema de la resistencia al agua y, además, ofrecen mayor realismo y mejores acabados de superficie que los vinílicos, y también son más resistentes a los arañazos o rayaduras que ellos, por lo que no van a sufrir pérdidas de ventas por este motivo». Y considera que para poder seguir manteniendo su actual cuota «se ha de seguir invirtiendo en I+D+i para mejorar las actuales prestaciones de los suelos laminados». En definitiva, continuar mejorando sus prestaciones es la clave para que los suelos laminados continúen manteniendo la hegemonía en su principal feudo, la reforma domiciliaria, durante mucho tiempo siempre que mantengan su actual relación entre calidad y precio. También es importante que se adapten rápidamente a las tendencias del mer-
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx