PK159 - Puericultura Market 159
NUESTROS ESPECIALISTAS 76 Y de repente, el mundo como lo conocíamos desapa- reció, y nuestro tren que circulaba a máxima potencia se vio obligado a detenerse en seco ante un panorama de incertidumbre en el que todos nos encontramos sú- bitamente. Llegaban noticias de otros continentes que no pen- sábamos que aterrizarían tan velozmente a nuestro día a día, pero en un abrir y cerrar de ojos nuestra vida se transformó… Las noticias resultaban alarmantes al prin- cipio y, a medida que pasaban los días, se convertían en más serias. Personalmente, lo que marcó el inicio de todo esto fue cuando nos comunicaron que el viernes 13 de marzo nuestros hijos ya no acudirían al colegio, y así, con un escueto email, comenzó esta etapa de parada de emergencia. Entonces fui consciente de que el riesgo estaba ahí, y que había que cerrar la puerta y quedarse en casa. Y así fue como el mismo sábado 14 antes de que se decreta- se el cierre, por responsabilidad para mis clientes y tam- bién por miedo, recogimos todas las cosas y puse aquel cartel explicando el cierre por “responsabilidad social”. Bajé la persiana y me fui a casa llena de incertidumbre, con un montón de papeles y proyectos que se habían quedado congelados de repente. La verdad es que aquella noche no pegué ojo: veía todo aquel género que se había quedado en el local; los giros que vendrían; las llamadas a la asesoría… No tenía claro cómo iba a salir de esta y, la verdad, el principio fue algo oscuro. La gente dice que en el confinamiento no lo ha pasado tan mal. Por mi parte debo decir que ha sido angustioso: ver que todo el esfuerzo de estos años por sacar adelan- te mi proyecto podría irse al garete. Ver cómo bajaba la cuenta y otros pagos iban llegando. Volver a valorar lo cotidiano Los autónomos hemos sido los grandes olvidados en esta crisis, y aún más si eres mujer con hijos a cargo. Porque se ha hecho visible el problema de conciliación que tenemos en este sistema. Pasaban los días, y como El sábado 14 de marzo todas las tiendas de Espa- ña bajaban la persiana en un contexto marcado por una crisis sanitaria sin precedentes. El géne- ro, los clientes, los proveedores, las listas de na- cimiento… Todo quedó parado, a la espera de un nuevo aviso para poder abrir. Beatriz Colina ex- plica en este relato cómo ha vivido este proceso, como gerente del establecimiento de productos de puericultura Amatxu Denda, desde el primer día hasta el último: la tan esperada reapertura, con cambios, nuevas medidas, y muchas cosas por terminar. Eso sí: “La reapertura fue sin duda el mejor día en estos casi diez años de recorrido”, porque el mimo al detalle y al cliente, siempre, o casi siem- pre, tiene su recompensa. Parada de emergencia Beatriz Colina, gerente del punto de venta especializado Amatxu Denda (Bermeo, Vizcaya)
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