TRIBUNA OPINIÓN 78 Gonzalo Fuster Fabra , Abogado Especialista ¿A QUÉ LLAMAMOS PROCESOS? Pues a todo aquello que tiene que ver con la visita del cliente a nuestro espacio de belleza. Desde que entra el cliente, cuando se ejecutan los servicios y cómo finaliza la experiencia en el salón. Todos aquellos que en una u otra ocasión hemos tenido que acudir a realizarnos pruebas médicas sabemos que normalmente son procesos invasivos y desagradables a los que se suma la angustia propia de verse en tal situación. Sin embargo, en la Gonzalo Fuster-Fabra es un Licenciado en Derecho con una amplia experiencia en el sector de la belleza y los negocios. Ha trabajado como abogado especializado en áreas como el derecho mercantil y fiscal durante más de diez años. Atención al cliente: el camino es tan importante como la meta En los años que llevo acumulados en el sector de la peluquería, que no son pocos, siempre he pensado de la misma manera cuidamos el resultado final de nuestro trabajo, debemos cuidar los procesos. mayoría de las ocasiones, desde que entramos en el centro médico hasta que salimos, todo está pautado, para que esa sensación de angustia se torne cómoda, higiénica y lo más agradable posible. No hace falta decir que, la salud es el bien más preciado para cualquier persona. La sola posibilidad de pensar en perderla, es tanto como dejarse un trozo de vida por el camino. Si es así cuando hablamos de salud, en donde nos lo jugamos todo, ¿porque en nuestros espacios de belleza no trabajamos de igual forma? Hay salones que tienen muy pautados los diferentes momentos de la visita del cliente y a eso le llamamos: “calidad del servicio” pero ¿qué pasa cuando nos vemos superados por la demanda en ciertas épocas del año o en ciertos momentos puntuales? DAR IMPORTANCIA A LOS PEQUEÑOS DETALLES En ocasiones relajamos nuestros procesos y en consecuencia dejamos de dar el asesoramiento y consejo que el cliente necesita, por ejemplo nos olvidamos de algunos detalles como ejemplo el turbante o bandó que habitualmente se pone a la clienta cuando abandona el lavacabezas. Y ¿qué sucede con las toallas? que en ocasiones se quedan en el propio lavacabezas, pensando que el cliente que venga luego la recoja. También puede pasar que se nos acumulen los boles usados de tinte o color sin limpiar en algún espacio de la peluquería, por no citar otros males endémicos y no de menor cala. Por ejemplo en el momento de la despedida, la entrega de la prenda de abrigo o la explicación sobre los servicios incluidos en el ticket recién emitido, entre otros.
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