OV28 - Tierras Ovino

nº 28 - pág 94 tierras OVINO] 2019 táculos naturales, ni vegetación o la presencia de otros edificios que puedan obstaculizar la ventilación. Es muy importante, porque la fuerza del viento será el motor que mueva la masa de aire del alojamiento cuando el efecto chimenea no funciona También se debe tener en cuenta la orientación de la o las naves. Se ha de procurar que el eje longitudinal de la nave sea perpendicular a la dirección del viento dominante en la zona. Respecto a las dimensiones de la nave, en el ancho de la nave, los alojamientos demasiado anchos ventilan peor y resulta más difícil controlar las condiciones ambientales. En altura de la nave, la altura está relacionada con el volumen estático asignado a cada animal (m3/ oveja). Se recomienda un volumen de 8 a 10 m3/oveja. Si el volumen es bajo, el ambiente se cargará enseguida cuando haya algún problema de ventilación. Si el volumen es alto, el calor acumulado en la nave será insuficiente para calentar la masa de aire y hacer que funcione el efecto chimenea. La pendiente de la cubierta se recomienda que esté del 35 al 40%. Por último, se deben tener en cuenta las aberturas de ventilación de la nave. TI.- ¿Es el tipo de ventilación más adecuado para las explotaciones intensivas? M.R.- El sistema de ventilación natural es el más económico y se debe aprovechar al máximo en las granjas ovinas, porque en nuestros climas consigue unas condiciones ambientales adecuadas durante buena parte del año. La utilización de ventiladores o los sistemas de refrigeración evaporativa son complementarios a la ventilación natural y muy útiles en épocas de temperaturas altas. TI.- ¿En qué momentos es necesaria una ventilación forzada? ¿Qué mecanismos son los más efectivos para este tipo de ventilación? M.R.- La ventilación forzada en las granjas de pequeños rumiantes se considera un complemento de la ventilación natural, para resolver situaciones de unas condiciones ambientales deficientes. Esto sucede principalmente cuando la temperatura del alojamiento empieza a superar el umbral máximo de confort térmico (21 ºC o 22 ºC). Se puede recurrir a los ventiladores de aire seco (dispuestos horizontalmente o los ventiladores verticales de gran volumen y baja velocidad) o a los sistemas de refrigeración con aire húmedo. Los ventiladores de aire seco son fáciles de montar, crean una brisa de aire sobre los animales (V= 2-4 m/s) que reduce la sensación térmica 5 o 6 ºC, pero tienen la limitación de la temperatura del aire (35 ºC en porcino, Escobet, 2017). Cuando la temperatura se aproxima a la temperatura corporal pierden eficiencia. La refrigeración con aire húmedo reduce la temperatura de 7 a 10 ºC si la HR es baja, pero aumenta la HR al 70%, por lo que el descenso de THI es menor. Las limitaciones de este sistema son cuando la HR es del 60% o superior, la reducción de temperatura es poco importante y cuando la temperatura es muy alta, próxima 40 ºC, si la HR es del 40%, el animal estaría Figura 9. Necesidades de ventilación del ganado ovino en verano, para unas temperaturas de 25 y 30 ºC. en una situación de estrés térmico grave (THI =89) y la refrigeración podría reducir la temperatura a unos 33 ºC y el THI a 86, que es alto, pero no es tan grave. Con una HR inicial superior al 40%, la refrigeración evaporativa tendría poco efecto en reducir el THI, aunque la temperatura bajaría. También se podrían montar conjuntamente el sistema de refrigeración evaporativa y un equipo de ventiladores que ayuden a disipar calor por convección. Ambos sistemas se complementan, porque combinan refrigeración y velocidad del aire. Por ejemplo, en el caso anterior, una corriente de aire a 33 ºC ayudaría a perder calor por convección (aunque el THI es alto), la sensación térmica bajaría varios grados y la situación resultante de estrés térmico sería más suave. Con una temperatura del aire superior a 33 ºC, nos acercamos al valor umbral de 35 ºC, donde la ventilación tiene poco efecto. En teoría, siempre que la temperatura del aire sea inferior a la temperatura corporal (38,3-39,9 ºC), el animal podría refrigerarse a través de la respiración si la HR del ambiente admite más humedad. El problema que se plantea también es una cuestión de precios, pero si se tienen en cuenta las pérdidas de producción y las condiciones climáticas de cada zona, estas soluciones pueden ser interesantes en muchas granjas. El tema adquiere más importancia con el cambio climático, las altas temperaturas y las olas de calor cada vez más frecuentes. TI.- ¿En qué medida están implantados los automatismos en las explotaciones de ovino para facilitar unas buenas condiciones ambientales? ¿Qué posibilidades ofrecen esos automatismos en la actualidad? M.R.- En las explotaciones ovinas está poco extendido el uso de sistemas de refrigeración y también el de automatismos de ventilación. Posibilidades hay muchas, hay productos en el mercado que en otras especies animales se están utilizando. Es de esperar que a medida que se vayan conociendo mejor las condiciones ambientales de las granjas, estos equipos se irán incorporando en las explotaciones lecheras y de cebo. ✔

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