OV28 - Tierras Ovino

nº 28 - pág 93 [tierras OVINO 2019 ºC a 10 ºC). Pueden utilizarse varias alternativas, pero el sistema más cómodo y seguro de introducir un caudal de aire refrigerado en las granjas ovinas es mediante cabinas refrigerantes (Figura 6), que inyectan el aire por sobrepresión (Figura 7). El aire inyectado puede hacerse libremente o a través de una conducción con orificios para distribuirlo. La salida del aire se realiza por las aberturas de la granja, sean las previstas de ventilación o no. TI.- Respecto a la ventilación, ¿cuál es el caudal necesario en una explotación intensiva de ovino? ¿Cómo varían las necesidades en función de la temperatura ambiente? M.R.- El caudal de ventilación varía con la época del año, distinguiéndose dos situaciones: en invierno y en verano. También varía con la temperatura ambiental en el interior y en el exterior del alojamiento. En invierno, el problema es baja temperatura, acumulación de vapor de agua y gases contaminantes, así como las condensaciones. El objetivo es eliminar el vapor de agua con el menor caudal posible para reducir la entrada de aire frío. Respecto al caudal de ventilación en verano, el problema es la acumulación de calor en el ambiente y el objetivo es eliminar el calor sensible emitido por los animales. Se puede medir, siendo ti y te las temperaturas del interior y del exterior del alojamiento, respectivamente. En la Figura 8 se representa la evolución de las necesidades de ventilación del ganado ovino en invierno, para unas temperaturas interiores ‘ti’ desde 8 ºC a 20 ºC en diferentes condiciones de temperatura exterior ‘te’ (-2, 0, 2, 4, 6, 8 y 10 ºC) y HR (80, 85 y 90%). Se observa que para una ‘ti’ determinada, por ejemplo 16 ºC, el caudal de ventilación aumenta con la ‘te’, desde 15 m3/h (para te= -2 ºC) hasta 48 m3/h (para te= 10 ºC). No se puede hablar de un caudal de ventilación sin hablar de las temperaturas. Otra observación importante es que al aumentar la ‘ti’, las necesidades de ventilación disminuyen en las diferentes ‘te’ analizadas, que son cada vez más parecidas entre sí. Se pueden extraer dos consecuencias: - El aislamiento térmico en las granjas permitirá alcanzar una mayor ‘ti’ y de ese modo puede reducir las entradas de aire frío para ventilar. - Esto hace posible expresar las necesidades de ventilación, para la época de temperaturas bajas (invierno), como un valor aproximado único, sin cometer un gran error. Así el Institut Technique de l’Elevage Ovin et Caprin (Itovic, 2005) recomienda un caudal de 30 m3/h, que se corresponde aproximadamente con una ‘ti =16 ºC’ y una ‘te = 6 ºC’. En verano los caudales de ventilación son mucho mayores que en invierno y para ovejas de 60 a 80 kilos, se observa en la Figura 9 que los valores obtenidos varían de 100 a 150 m3/h (2 m3/h y kg peso vivo) resultados que coinciden con las recomendaciones de Itovic (2005) de 120 a 150 m3/h. TI.- ¿Cuáles son los problemas sanitarios que pueden generarse por una mala ventilación? ¿Qué consecuencias productivas tiene? M.R.- En los alojamientos se producen olores, vapor de agua, gases contaminantes, partículas en suspensión y calor, procedentes del ganado, de sus deyecciones, de la cama y de los alimentos. El objetivo de la ventilación es sustituir el aire contaminado del interior por aire limpio del exterior. Si este recambio de aire es insuficiente, habrá una acumulación de gases, vapor de agua, de suciedad en el ambiente y de calor en verano. La acumulación de todos esos residuos en el ambiente de la granja constituye un coctel de riesgos sanitarios. En invierno, la acumulación de vapor de agua en el ambiente originará condensaciones que mojan la piel de los animales, la cama y las estructuras del alojamiento. Las consecuencias son múltiples. En la piel aumenta la conductividad térmica, las pérdidas de calor y la falta de confort térmico. En la cama aumenta la humedad, la suciedad, la carga microbiana en la cama y en el ambiente, aumentan las emisiones de gases, entre ellos el amoniaco que irrita las vías respiratorias, provocando inflamación y abriendo puertas de entrada a los patógenos oportunistas que abundan en el ambiente. El resultado es que aumenta la prevalencia de mamitis y de otras patologías. También disminuye el consumo de alimento. En cebaderos de corderos reduce el crecimiento y aumenta la mortalidad. En rebaños lecheros se observa un descenso de producción, un aumento de microorganismos totales y del recuento de células somáticas en leche. El comportamiento de la leche en el proceso de coagulación es peor y la calidad del queso también se ve afectada. Esta situación de falta de higiene es parecida a la que se crea con una excesiva acumulación de animales. En la estructura, en las paredes del alojamiento y en los equipos se producen condensaciones que encierran amoniaco disuelto y corroe los materiales, aumentando los gastos de mantenimiento en la granja. En verano, la acumulación de gases es igualmente negativa para la salud de los animales. La acumulación de vapor de agua y de calor aumenta el estrés térmico, con los efectos desfavorables que ello conlleva para el bienestar, la salud de los animales y la producción. TI.- ¿Qué parámetros deben tenerse en cuenta a la hora de implantar una ventilación natural? M.R.- Para implantar una o unas naves con ventilación natural debe tenerse en cuenta la ubicación del lugar donde se van a implantar. Debe ser un terreno sano, libre de humedades, expuesto al viento, sin obs- ✚

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