OV28 - Tierras Ovino

nº 28 - pág 80 tierras OVINO] 2019 atractivos como proyecto profesional para los jóvenes? ¿Cómo se podrían valorizar estos modelos de producción extensivos? ¿Son inevitables las ayudas de las administraciones para asegurar su viabilidad económica? J.B.- Hoy por hoy, las ayudas son totalmente necesarias, ya que de ellas dependen la continuidad de muchas explotaciones, extensivas e intensivas. Tal vez no sea la situación ideal, pero mientras no se valore y se pague adecuadamente los productos obtenidos, habrá que ayudar al sector. TI.- La intensificación de los sistemas de producción se ha defendido como un modelo que permite organizar mejor la reproducción y controlar más la sanidad, asegurando de esa forma una mayor producción y una mejor estructuración de los tiempos de trabajo y del personal. ¿Comparte usted esas valoraciones? ¿Hemos llegado quizá al momento de buscar modelos intermedios lejos de la dicotomía intensificación/extensificación, que intenten aunar mejor la sostenibilidad y la productividad? ¿Sobre qué bases fundamentales habría que apoyarlos, según su criterio? J.B.- Se habla de intensificación, pero yo diría que todavía estamos en una situación de intensificación relativa, comparando con otros sectores productivos e incluso otros sectores ganaderos. Hay algunas explotaciones en las que el grado de intensificación es bastante elevado. Sin embargo, la gran mayoría aún está lejos de alcanzar el grado de intensificación que han alcanzado en el porcino o la avicultura. Como decía anteriormente, tratemos de tener explotaciones rentables, que sigan adelante, y luego ya se irá viendo si hay que extensificar o intensificar. No olvidemos que en pocos años el sector de los pequeños rumiantes ha perdido un gran número de rebaños y de animales. Sostenibilidad, sí, pero con rebaños ovinos y caprinos, no sin ellos. TI.- ¿Qué aportación pueden realizar las nuevas tecnologías para racionalizar el proceso de producción en extensivo y hacerlo más racional, previsible y quizá rentable? ¿Cuáles serían las tecnologías digitales y de la información que pueden resultar más interesantes en estos momentos para un sector como éste? ¿Se están implementando realmente en las explotaciones y están preparados los ganaderos para incorporarlas y manejarlas? J.B.- Como en otros sectores productivos y sociales, aquí también poco a poco se comienzan a emplear las herramientas que las nuevas tecnologías van aportando. Por ejemplo, se están empezando a utilizar herramientas basadas en los sistemas de información geográficas, como collares GPS y drones, en la actividad de pastoreo de los rebaños. Aún es pronto, pero se espera que algún día esta actividad no precise de mano de obra humana para poder realizarse. También la identificación electrónica de los animales está permitiendo aplicar nuevas tecnologías que facilitan el manejo de los animales por lotes. Lo que sí se está empleando cada vez más es la tecnología digital y de la información, tanto para el propio funcionamiento de la explotación como para darse a conocer al exterior y para la venta de sus productos. Ahora bien, este tipo de tecnologías no son nada baratas, y tal y como se halla económicamente el sector, no resulta nada fácil que los ganaderos se vayan animando a implantarlas. TI.- ¿Todos esos ajustes de los modelos de producción van a requerir una reorientación de los programas de selección y mejora que se siguen en las diferentes razas? ¿Se están produciendo ya? ¿Qué prioridades fundamentales deberían establecerse en los programas de mejora? ¿Tenemos que avanzar hacia un nuevo modelo de oveja? ¿Cuáles deberían ser en su opinión las características que definan la oveja del futuro para responder mejor a las necesidades de los ganaderos? J.B.- Tradicionalmente, los programas de selección se han orientado hacia la mejora de las producciones, pero actualmente ya se empiezan a considerar otros aspectos, como por ejemplo, la resistencia a las enfermedades. Tenemos animales productivos, y ahora hay que buscar animales que además sean más resistentes a las enfermedades, y así tener que emplear menos medicamentos en su curación. TI.- Otro de los aspectos clave que va a determinar el periodo de su Presidencia, tanto para el conjunto del sector como en el trabajo diario de los socios, es el de la desmedicalización de los sistemas de producción, que en el caso del ovino y el caprino está empezando a dar sus primeros pasos ¿Será un reto asumible para el sector? ¿Qué papel está desarrollando la SEOC en este campo? ¿Es realmente grave el nivel de resistencias en el uso de los antibióticos y otros medicamentos al que se enfrentan los veterinarios en estos momentos? ¿Qué estrategias deben tomarse en las explotaciones para reducir los antibióticos? J.B.- El objetivo no creo que deba ser la desmedicalización, sino más bien la reducción, el uso racional, pero utilizándolos siempre que sea necesario. No hay que olvidar que el fin del empleo de los medicamentos es mejorar la salud de los animales que están enfermos, por lo tanto, su

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