OV28 - Tierras Ovino

nº 28 - pág 35 [tierras OVINO 2019 grupos: los amortiguadores ruminales y los modificadores de la velocidad de degradación, sobre todo de las proteínas, aunque también de los carbohidratos. En el primer caso, se siguen utilizando las levaduras vivas, el bicarbonato sódico y el óxido de magnesio, sobre todo, además de las sales magnésicas de origen marino con sus consiguientes ventajas. En cuanto al segundo grupo, si bien su uso no es tan generalizado, darán mucho que hablar en un futuro próximo asociados a la necesidad de dietas más eficientes y sostenibles, aunque serán necesarios unos resultados más consistentes que los actuales. TI.- Por otra parte, ¿existe una mayor preocupación por la salud ruminal? ¿Es un aspecto al que ahora se presta mayor atención por los expertos en alimentación animal? J.M.B.- Yo pienso que es un aspecto que siempre ha estado presente en la alimentación de los rumiantes. La diferencia es que ahora se tiene un mayor conocimiento, tanto sobre los riesgos de padecimiento de acidosis por el animal, como del comportamiento de los alimentos a nivel ruminal. La evaluación del riesgo de acidosis ya no es sólo cuestión de la propia naturaleza de la dieta, sino de aspectos relacionados con el manejo, suministro de alimento, grado de bienestar de los animales, posible estrés térmico… Todo ello va a tener una repercusión en la salud ruminal, por lo tanto, la dieta debe de valorar estos aspectos. En cuanto al conocimiento del comportamiento de los alimentos en la panza, siempre que esté modelizado y cuantificado convenientemente, nos va a ayudar a orientar la dieta hacia la preservación de la salud ruminal o, en su caso, hacia objetivos productivos. TI.- ¿En qué medida es importante el lugar de digestión de los alimentos para establecer una correcta valoración nutritiva? ¿Qué avances se han realizado en este aspecto? ¿Cómo está influyendo en la organización del sistema de alimentación? J.M.B.- La digestión de los alimentos en la panza supone en torno a un 60% tanto de la proteína como de la energía utilizados por el rumiante. La parte de la dieta que escapa al rumen tiene, por una parte, una digestión enzimática en el intestino delgado y, por otra, una digestión fermentativa en el intestino grueso, volviendo a producir ácidos grasos volátiles. Todo esto es importante en la medida de poder predecir que fracción de la dieta va a cada compartimento ya que la digestibilidad de la materia orgánica es distinta en cada uno de ellos. La velocidad de tránsito digestivo va a ser clave para poder estimarlo. De este modo podremos ser más precisos en predecir la respuesta productiva de los animales. TI.- ¿Qué repercusiones tienen los avances en la investigación sobre los precursores de glucosa? ¿Es razonable pensar que, si se conoce la parte de la alimentación que va destinada a la producción de leche, se puede tener una mayor influencia con la nutrición en la producción? J.M.B.- La glucosa es fundamental tanto para la producción de leche (como precursor de la lactosa) como para la alimentación y crecimiento del feto. Las dietas orientadas a la producción de propionato en panza y las que contiene más almidón ‘by pass’ son las que más glucosa pueden producir. De este modo, modelizando la producción de ácidos grasos volátiles en rumen y sabiendo la fracción carbohidratada soluble que escapa a la panza, podemos predecir la cantidad de glucosa potencial de una dieta. Esa glucosa producida irá destinada al mantenimiento de los tejidos y del feto y, por supuesto, a la producción de leche. La ventaja de esta modelización es la posibilidad de orientar las dietas hacia la producción de leche, hacia la prevención de toxemias de gestación o, por el contrario, hacia la obtención de más grasa láctea. De este modo, la nutrición tendrá una precisión mayor ya que trascenderá a la mera satisfacción de las necesidades de los animales. TI.- ¿Es posible conjugar una alimentación semi-extensiva con esta nueva perspectiva de la alimentación? ¿En qué medida es necesario hacer una gestión más precisa de las praderas? J.M.B.- En el caso del pastoreo, el mayor desafío en cuanto a la planificación nutricional, quedaría un escalón atrás y sería la estimación de la ingesta, tanto en cantidad como en nutrientes, ya que la pradera va cambiando continuamente de calidad. La especie botánica, la altura de la hierba, la carga ganadera y el tiempo de estancia del ganado en una superficie determinada son claves a la hora de hacer esta estimación con un cierto grado de exactitud. Una vez conseguido este objetivo elemental, se podrían valorar las dietas con las mismas herramientas y jugar con los concentrados para conseguir los objetivos productivos que nos hayamos planteado. TI.- Por último, ¿en qué aspectos considera que debe evolucionar en los próximos años la alimentación en ovino lechero? ¿Cuáles son los principales retos? J.M.B.- Yo creo que la alimentación del ovino lechero debe evolucionar hacia una mayor eficiencia y precisión (y para ello, todos estos avances tienen gran importancia), por muchos motivos. En primer lugar, porque el ganadero no tiene capacidad de influir ni el precio de la leche ni en los costes de las materias primas (dos parámetros económicos fundamentales) pero sí en mejorar su eficiencia. En segundo lugar, porque es necesario dar respuesta, también por la vía de la alimentación, a las vertiginosas mejoras que se van produciendo en el campo de la genética, y ello solo es posible mediante una nutrición de precisión. Asimismo, las explotaciones tendrán que orientar sus esfuerzos hacia una mayor sostenibilidad, tanto económica como social y medioambiental, por lo tanto, habrá que mejorar en los aspectos productivos, sanitarios y zootécnicos, habrá que estimar las emisiones de metano, nitrógeno y fósforo de cada explotación y habrá que definir las medidas a adoptar para mejorar su categoría sostenible. Todo ello es imposible sin enterrar viejos paradigmas anclados en la forma de alimentar los ganados y abrir la mente a los nuevos avances. NUEVO NOVALAC TI.- Ustedes han desarrollado un nuevo modelo de alimentación en vacuno que, según presentaron en el último Congreso de la SEOC de Córdoba, tiene potencial ✚

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