OV28 - Tierras Ovino

nº 28 - pág 34 tierras OVINO] 2019 nal, el tránsito digestivo es mayor y por lo tanto su tasa de fermentabilidad es menor, ya que los alimentos están menos tiempo en la panza. Y estas diferencias se contabilizarían en el valor energético de los alimentos, que serían diferentes en cada caso. TI.- Desde un punto de vista más práctico, ¿puede decirse que se ha producido un exceso de concentrado en el sistema general de alimentación de ovino lechero de alta producción? ¿Cuál debería ser la proporción correcta de forraje y concentrado en ovino? J.M.B.- Sin duda creo que, a la vista de las raciones que se hacen hoy día en ovino de leche, en general se alimenta con demasiado concentrado. Pero la principal causa de esto es la escasa calidad de los forrajes (en general) y sobre todo su variabilidad nutricional. Estas circunstancias, difíciles de evitar, se subsanan con el empleo de más concentrados. La verdadera innovación consiste en suministrar unos concentrados seguros desde el punto de vista ruminal, de forma que podamos disminuir la relación forraje-concentrado de forma segura y sin menoscabo de la salud ruminal. Mi opinión es que la situación ideal en una ración sería el uso del mayor forraje posible siempre que sea de calidad. En la práctica diaria, la relación forraje-concentrado óptima no es un valor absoluto y depende del acopio de forrajes de calidad, de su variabilidad, de la forma de suministro y del número de comidas diarias. La misión del formulador es adaptarse a cada caso conjugando los resultados zootécnicos y la salud. TI.- ¿Cómo ha avanzado la investigación de lo que ocurre en el rumen? ¿Existen mecanismos en la actualidad para conocer de una forma precisa el funcionamiento del rumen? ¿Qué papel juega la degradación ruminal en la alimentación del ovino? J.M.B.- Efectivamente, se ha avanzado mucho en el conocimiento de la función ruminal, de la tasa y velocidad de fermentación de los alimentos y de la instauración de la acidosis crónica latente. La mayoría de los estudios se han realizado en vacuno lechero y a partir de allí, dichos conocimientos se han intentado extrapolar a otras especies. Existen indicadores de función y tasa de relleno ruminal y de carga acidógena utilizados desde hace años en pequeños rumiantes, debidamente validados en la práctica, que nos permiten valorar una ración y saber dónde están los límites y las líneas rojas de la salud y el bienestar alimentario. Asimismo, se conocen las tasas de velocidad de degradación proteica y carbohidratada de los principales alimentos y se han generado ecuaciones para su cálculo a partir de una analítica convencional. TI.- En este sentido, ¿cuáles son las principales novedades en los productos modificadores del rumen? J.M.B.- A efectos prácticos yo los dividiría en dos grandes

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