OV28 - Tierras Ovino

nº 28 - pág 29 [tierras OVINO 2019 dándoles a tomar las decisiones más correctas sobre marcas, calidades y prestaciones con la información que les aportan las casas comerciales, sabiendo interpretarla y ajustarla a sus necesidades concretas. Santos Calvo, técnico especialista en ordeño de Cobadu, destaca que las últimas tendencias en salas de ordeño son los dispositivos para la medición electrónica de la producción y los sistemas de retirada de las pezoneras, por tiempo o por flujo. Se trata de dos prestaciones que, en su opinión, resultan cruciales para conseguir el correcto dimensionamiento de cualquier granja de tipo familiar, porque ayudan a mejorar su productividad y su rentabilidad. Se muestra por ello convencido de que acabarán llegando pronto a todas las granjas, permitiendo ordenar mejor el trabajo, hacer un uso más eficiente de los recursos y realizar una selección continuada de los animales, que es algo cada día más importante. Y, aunque supongan un importante desembolso económico, cree que compensa hacer el gasto porque las ventajas que aportan son muy grandes. Además -añade-, son avances fundamentales para que los jóvenes lleguen al sector, atraídos por la tecnología. Hay pocos ganaderos que quieran incorporarse al ovino, pero con estas nuevas salas y otras innovaciones que irán llegado en el futuro tendrán mayores incentivos y facilidades para hacerlo. El control del trabajo con ordenador y móvil debe estar a la orden del día en cualquier granja moderna. Todos los ganaderos tienen que beneficiarse de la posibilidad de organizar su explotación a través del móvil, desde su casa. Es imprescindible que puedan conocer día a día cuestiones como el nivel de bacterias o de células somáticas…, para corregir a tiempo cualquier problema y evitar que bajen sus ingresos en cada liquidación sin tener que esperar al informe mensual del Laboratorio Interprofesional, señala Calvo. En ovejas -añade-, estamos 25 años por detrás de las vacas, y los sistemas de medición o de retirada en las salas de ordeño son herramientas que pueden ayudar a los ganaderos a salir adelante, concluye. UN CASO CONCRETO Jesús Martínez Oreja, socio de Cobadu, tiene una explotación en la localidad salmantina de Almenara de Tormes con unas 500 ovejas en producción. Trabajaba con una máquina de ordeño 2x24 con 12 puntos, pero quería organizar mejor las tareas y el tratamiento de los datos para ir mejorando poco a poco su explotación. “Lo primero que hicimos fue evaluar sus necesidades y plantear las reformas necesarias. Tenía una tubería de 50 mm y la cambiamos por otra de 70, para que no tuviera problemas a la hora del ordeño. También mejoramos el sistema de lavado. Pero el cambio más importante fue la instalación de la medición electrónica, con un programa informático y unas puertas de identificación que permitían reconocer a cada una de las ovejas al entrar al ordeño y asignarles su producción de leche”, comenta Juan Carlos González, delegado comercial de GEA, empresa que colabora con Cobadu en la apuesta por la tecnificación y la monitorización de sus explotaciones de ovino lechero. El cambio de máquina de ordeño y la apuesta por las nuevas tecnologías han supuesto para esta explotación un gran cambio en su capacidad productiva y en su rentabilidad, asegura González, y esperan poder doblar la actividad de la granja en poco tiempo. El programa informático ha permitido el tratamiento de los datos recogidos y ha llevado a igualar los niveles de producción de todos los animales, incrementando los rendimientos medios. Se identifica con rapidez a las ovejas buenas y malas y se puede actuar en consecuencia. Antes se trabajaba con los datos de un control mensual, ahora la información se consigue a diario, y eso permite tomar decisiones con mayor agilidad, algo que en estos momentos es importantísimo para cualquier rebaño de ovino lechero. El funcionamiento del nuevo sistema es muy sencillo. Las ovejas entran a la sala de espera y pasan después por una puerta de lectura que las identifica con el código de su bolo ruminal, asignándoles un medidor que servirá para controlar todos los datos y transmitirlos al sistema de gestión. Si alguna hubiera perdido el bolo se corre un puesto a todas, para que el ganadero pueda detectar que algo no va bien y haga los ajustes necesarios. Después, con la información que entra en el sistema se pueden programar muchas de las tareas del ganadero o del veterinario, como el secado, las cubriciones, los partos, o la evaluación genética… Es pues una herramienta que permite tener controlada la granja al completo y mejorar su funcionalidad. Los dos primeros años el sistema acumula datos, haciendo que cada día sea más precisa la toma de decisiones. Y a partir del segundo año, las posibilidades de planificación son ya totales. El técnico de GEA asegura que han trabajado con granjas que con este sistema de gestión han logrado mejoras de los rendimientos medios de hasta el 60% en solo 5 años. ✚

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