OV28 - Tierras Ovino

nº 28 - pág 16 tierras OVINO] 2019 a optimizarlo. Es mejor ajustar la cantidad de información que obtenemos de él que sobrecargar las peticiones de información y lograr que evite el uso de la herramienta. Los laboratorios deben aportar los datos que han analizado del sistema informando de las zonas con problemas de salud para que, tanto los ganaderos como los veterinarios, tengan mayor margen de maniobra para reducir el impacto. Podemos extender los actores tanto como queramos, pero aquí hemos identificado los mínimos que consideramos útiles. ¿CÓMO PODEMOS ACCEDER A ESA TECNOLOGÍA? Si se quiere una herramienta más simple, existen múltiples opciones en internet. Se puede buscar un poco por internet y ver una gran colección de aplicaciones. Si se quiere una herramienta más compleja, se debe involucrar a múltiples actores. Es necesario contar con los veterinarios, cooperativas o grandes explotaciones, proveedores, laboratorios, etc. Es vital buscar financiación para estos desarrollos tan grandes y un líder (público, proveedor o ganadería) que quiera mejorar el sistema para sus ganaderos. Debemos empezar a pedir, a exigir determinadas mejoras. Cuando compramos una gran máquina, pidamos que sea conectable. A los organismos pedirles herramientas digitales que mejoren nuestro día a día, a nuestras cooperativas que inviertan en pequeños pasos dentro de las tecnologías de la ‘Ganadería 4.0’. Hay que ir poco a poco mejorando nuestras explotaciones y debe ser un proceso en el cual todos los actores tengan claro la necesidad de evolucionar. No es vital crear una gran aplicación. Podemos crear una pequeña con una clara necesidad que resuelva y después evolucionarla con nuevos servicios. Siempre aconsejo ir poco a poco, pero avanzar de forma constante. UN EJEMPLO Bien, la teoría es muy bonita, pero se ve todo mucho más claro en un ejemplo práctico. Tomamos el ejemplo de una ganadería imaginaria a la que llamaremos ‘Mi ovino bonito’. Esta ganadería tiene un identificador único, 1234 por ejemplo, y dispone de 150 ovejas, cada una con un identificador único. Esta empresa quiere mejorar sus sistemas, busca en el mercado y no encuentra nada que se ajuste a sus necesidades, así que convence a la cooperativa en diseñar algo nuevo. Se diseña una aplicación en la nube con una sencilla interfaz para el ganadero en su móvil. Se habla con los proveedores y se les da un acceso para que incluyan información. Estos proveedores van añadiendo qué tipo de pienso y cantidad venden a cada ganadería, los laboratorios vuelcan los datos de los análisis al sistema, los veterinarios van indicando en cada oveja sus actuaciones y medicamentos, la ordeñadora de forma automática va subiendo los datos de la cantidad de leche producida por cada oveja… El ganadero va indicando en su aplicación diferentes datos de las ovejas: cuándo se ha quedado preñada, los ciclos de la misma y toda información que crea útil. Además, se ha logrado que la máquina que pesa al ganado incorpore un sensor que envía dicha información al sistema, de forma automática. Durante los primeros meses, han ido recibiendo indicaciones de los veterinarios para mejorar su coste por animal, ya que los veterinarios pueden analizar muchas variables y ver cómo determinadas acciones afectan a la producción. Gracias a los datos compartidos los laboratorios, han logrado reducir la carga antibiótica de los animales, realizando un uso más inteligente de la medicación. El criador se ha informado en tiempo real de que hay una afección contagiosa en una granja cercana y redobla sus controles y contramedidas para evitar que se propague en su explotación. Al cabo de un tiempo, consideran que se puede incluir un sello de calidad a la producción y mediante Blockchain se permite trazar todo el ganado desde que nace hasta que llega al consumidor, evitando el fraude. Gracias a que se comparte información (de forma anónima) se han detectado acciones conjuntas de mejoras como contratación de electricidad con determinado proveedor, mejoras del tanque de frio, reducción del consumo, compra conjunta de materias primas, tratamiento de residuos conjunto, etc. Todo lo comentado funciona en un mundo perfecto, pero la realidad se ve llena de obstáculos. Los ganaderos no comparten información, o dan datos falsos, se comete el fallo de no ‘evangelizar’ a los usuarios (desde laboratorios, ganaderos, veterinarios, etc.) en cuanto a cuándo deben usar estas nuevas herramientas, y un sinfín de problemas. Pero no debemos decaer, sino que cada vez hay menos problemas. La gente está más concienciada y los sistemas son más fantásticos. Introducir la denominada ‘Ganadería 4.0’ es un camino largo y cuesta arriba, pero las ventajas de su uso se pueden ir percibiendo casi desde el principio de la implantación. CONCLUSIONES Consideramos vital la incorporación de las nuevas tecnologías en el sector ovino. No son caras, pero el sector ovino es un sector complejo y un tanto reacio a los cambios. Estas aplicaciones deben ser llevadas a cabo por grandes explotaciones, por entidades públicas o bien por los grandes proveedores como son los fabricantes de ordeñadoras. Es importante aglutinar la información y liderar el cambio. Hay empresas privadas que han diseñado muy buenas aplicaciones y económicas. Este sería un camino inicial interesante para explorar. Hay que simplificar las tecnologías. Al cliente final, que es el productor de ovino, no le interesa qué hay detrás de su aplicación de móvil, ni las tecnologías que hacen que eso funcione, lo que debemos es darle una herramienta simple, y sobre todo eficaz, que no le quite tiempo y que sea útil. El sector ovino debe modernizarse. Es imprescindible esta actualización, ya que los que se apunten al cambio serán explotaciones más sostenibles. Si no nos subimos al carro del cambio, podemos quedarnos atrás. España no se puede permitir que un sector tan importante como es el ovino corra peligro. El esfuerzo debe de ser de todos, desde proveedores y ganaderos hasta instituciones públicas. ✔

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