OV27 - Tierras Ovino

nº 27- pág 8 tierras OVINO] 2019 Respecto a la proteína microbiana, se debe tener en cuenta que los microorganismos ruminales sintetizan todos los aminoácidos, incluidos los esenciales. Además, producen proteína microbiana de alta calidad, es decir, con una alta concentración de aminoácidos esenciales. En la producción de leche, la metionina y la lisina se consideran normalmente los dos principales aminoácidos limitantes. La proteína microbiana contiene un porcentaje de metionina muy parecido al de la leche y superior al de la carne de los rumiantes. Sin embargo, la mayoría de alimentos utilizados más frecuentemente (maíz, cebada, trigo, harina de soja, semilla de algodón, DDGs de maíz, ensilado de maíz, ensilado de hierba, etc.) no llegan a esos niveles y únicamente los alcanzan las harinas animales, pero su utilización en la formulación de rumiantes está prohibida en los países de la Unión Europea. En el caso de la lisina, el comportamiento es similar, ya que el porcentaje de lisina en las bacterias ruminales es incluso más alto que en la leche y la carne, pero es menor en los alimentos utilizados habitualmente. También es importante señalar que los microorganismos ruminales son los que degradan los hidratos de carbono y producen ácidos grasos volátiles, que constituyen entre el 70% y el 80% de la energía que obtiene el animal de la dieta. Además, el ácido propiónico es el principal precursor para la síntesis de glucosa, y por lo tanto de la lactosa de la leche, y los ácidos acético y butírico son precursores para la síntesis de la grasa corporal y grasa de la leche. Por lo tanto, una regla fundamental en la formulación de dietas para rumiantes es que se debe maximizar siempre la síntesis de proteína microbiana, sea cual sea el nivel productivo, y para ello se debe aportar a los microorganismos lo que necesitan: nitrógeno en forma de PDR y energía. Para saber si en la formulación se está consiguiendo un equilibrio en el aporte de PDR y energía, el INRA (2007) aportaba dos parámetros para cada materia prima (PDIE y PDIN) y se debía igualar su valor en la dieta. Las nuevas tablas del INRA (2018) introducen un parámetro diferente, que es el balance proteico en el rumen, pero que valora el mismo aspecto. Si la dieta tiene un balance proteico igual a 0, indica que los microorganismos tendrán energía disponible y la suficiente PDR para utilizarla, por lo que se obtendrá la máxima síntesis de proteína microbiana. Un valor negativo del balance proteico en el rumen indica una deficiencia de PDR, mientras que un valor positivo indica un exceso de PDR, y ambas situaciones son perjudiciales para el animal y la producción. Si la dieta tiene una deficiencia de PDR (exceso de energía), el animal reacciona aumentando el reciclado de la urea, por lo que esta vuelve al rumen, se transforma en amoníaco y el exceso de energía puede ser aprovechado por los microorganismos, sintetizándose más proteína microbiana. En una experiencia realizada con terneros (Wickerhsham, 2006) a los que se administró un forraje con el 5% de proteína, se comprobó que el 98% de la urea se reciclaba de nuevo al rumen, pero a medida que aumentó el porcentaje de proteína

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