OV27 - Tierras Ovino

nº 27- pág 55 [tierras OVINO 2019 se almacenan. Hay que tener en cuenta que el líquido que denominamos semen sólo se forma en el momento de la eyaculación, ya que solo en ese momento los espermatozoides se mezclan con los contenidos de las glándulas del macho. En la oveja, el semen es depositado principalmente en la vagina y el cérvix. Tal como hemos comentado, en el cérvix tiene lugar una selección de espermatozoides, ya que estos deben nadar por su moco, en una especie de laberinto. Los que logran pasar al útero se desplazan gracias a contracciones uterinas. En el útero hay los leucocitos de la hembra se dedican a localizar los espermatozoides que están en malas condiciones y los eliminan. Finalmente, alcanzan el oviducto, que tiene una entrada muy pequeña, limitando el número de espermatozoides que pueden acceder. Los espermatozoides no van directamente hacia el óvulo, sino que se pegan en la pared del oviducto en la zona denominada istmo, formándose un reservorio de espermatozoides. Esta es una de las razones por las que en la inseminación artificial se deben respetar los tiempos de aplicación de los tratamientos y de inseminación, para permitir la formación de ese reservorio oviductal. Los espermatozoides permanecen varias horas unidos a las células del oviducto, sufriendo un proceso llamado “capacitación”, y solo aquellos que lo efectúen se liberarán y serán capaces de avanzar hacia el ovocito. De hecho, después de la capacitación adquieren la capacidad para orientarse hacia el punto de la fecundación (la ampolla del oviducto), detectando cambios de calor y la presencia de hormonas como la progesterona o la melatonina. Ya en la ampolla, llegan hasta el ovocito con un movimiento hiperactivado, que les permite atravesar el cúmulo (una capa celular que envuelve al ovocito), y deben ser capaces de unirse a la zona pelúcida, que protege al ovocito como un cascarón. En ese momento, el acrosoma, una vesícula que se encuentra en su cabeza, se deshace, liberándose enzimas digestivas que disuelven la zona pelúcida. El espermatozoide penetra por el pequeño hueco que ha abierto, contactando con la membrana del ovocito y penetrando en él. En ese momento, el ovocito libera unas sustancias que endurecen la zona pelúcida e impiden que otros espermatozoides puedan atravesarla. El núcleo espermático se descondensa y se une con el femenino, formándose el zigoto. Por lo tanto, el espermatozoide no sólo tiene que formarse correctamente, sino que tiene que poseer buena movilidad para pasar el cérvix, debe atravesar el útero sin ser eliminado por los leucocitos, debe interaccionar con las células del oviducto, tiene que capacitarse y, finalmente, tiene que saber orientarse, traspasar la zona pelúcida, fusionarse con el ovocito y activarlo. Además, la maduración en el epidídimo y la composición del plasma seminal son factores muy importantes, porque el espermatozoide adquiere una serie de proteínas y otras moléculas que le van a proteger y le van a permitir realizar sus funciones correctamente. El espermatozoide va a estar en contacto con el plasma Figura 1. Recuentos espermáticos tras realizar una IA vaginal en ovejas sincronizadas. Los tractos genitales de varios animales se analizaron a distintas horas tras la IA. Se observa la reducción en la cantidad de espermatozoides según se avanza en el tracto reproductor, siendo considerable en el oviducto (nótese que la escala vertical es logarítmica). Figura 2. Espermatozoide ovino a altos aumentos (la longitud del espermatozoide es de unos 0,0065 mm). Se compone de tres partes: la cabeza (C) con el acrosoma (parte anterior más oscura) y el núcleo (ocupa casi toda la cabeza y contiene el material genético); la pieza intermedia (PI), con una vaina de mitocondrias (aportan energía) y la cola. El flagelo (filamento que proporciona el movimiento) abarca estas dos regiones. ✚

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