OV27 - Tierras Ovino

nº 27- pág 54 tierras OVINO] 2019 El Grupo de Investigación Aplicada de Patología y Reproducción de la Universidad de León cuenta con varias líneas de investigación en Ciencia Animal, como metabolismo, calidad de leche, análisis de metales, bienestar animal. Algunas de estas líneas tratan sobre la biología reproductiva en diversas especies. En este campo, nos encontramos estudiando desde cuestiones básicas de biología molecular a aplicaciones orientadas al campo, como la conservación espermática. EL ESPERMATOZOIDE En contra de la creencia popularizada por los medios, muy pocos espermatozoides llegan simultáneamente al ovocito. En ovino hay estudios clásicos (ya hace 50 años) en los que se demostró una reducción paulatina de la presencia de espermatozoides en los distintos tramos del aparato reproductor de la oveja, tras una cópula o una inseminación artificial. Al examinar el conducto a distintos tiempos (Figura 1), se encontraban muchos espermatozoides en la zona vaginal, pero ya menos en el cérvix, que actúa como un primer filtro, con una reducción muy brusca en el útero. En el istmo oviductal y en la ampolla del oviducto (donde se produce la fecundación), se encuentra una población de espermatozoides que es muchos órdenes de magnitud menor que la dosis inseminada (de decenas CONSERVACIÓN ESPERMÁTICA La correcta conservación de los espermatozoides tiene importantes consecuencias en la inseminación artificial del ovino La posibilidad de sexar semen es una estrategia muy conveniente desde el punto de vista de la gestión de las explotaciones (por ejemplo, descendencia de solo hembras), por lo que es objeto de una intensa investigación que ofrece algunos avances importantes en los últimos tiempos Felipe Martínez Pastor Investigador de la Universidad de León Resumen de la ponencia ‘Aspectos básicos del análisis y congelación espermática: efecto sobre la fertilidad’, ofrecida en el XII Curso Teórico-Práctico de Reproducción e Inseminación Artificial en Ganado Ovino y Caprino de OVIGEN de millones a sólo unos cientos). Por lo tanto, debemos tener este dato en cuenta en la realización de técnicas de reproducción asistida, y en la preservación de la calidad del espermatozoide. El espermatozoide se forma en el testículo en unas estructuras en forma de tubos y a partir de unas células llamadas ‘espermatogonias’, capaces de dividirse durante toda la vida del macho. El espermatozoide recién formado contendrá la mitad de la carga genética del macho, y en rumiantes (Figura 2) tiene una cabeza en forma de pala y un largo filamento llamado flagelo, que le va a proporcionar movilidad. La membrana del espermatozoide es crucial para el mantenimiento de su función. Esta estructura no sólo le protege del exterior, sino que le además le permite sentir y comunicarse con su medio. Además, es uno de los componentes del espermatozoide que más sufre en su conservación, lo cual tiene importantes consecuencias en el éxito de la IA ovina. Después del testículo, el espermatozoide pasa por el epidídimo, un largo tubo donde terminan de formarse y

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