OV26 - Tierras Ovino

nº 26- pág 14 tierras OVINO] 2019 de las nuevas instalaciones? J. M.- La sostenibilidad está influyendo decisivamente o, mejor dicho, debe influir de una forma determinante en la manera de construir nuestras naves teniendo en cuenta el hecho de solucionar el problema más grave de nuestra ganadería de leche: la mano de obra. Debemos construir naves que permitan manejar 350 ovejas por UTH de una manera fácil y cómoda, para hacer más atrayente nuestro trabajo. Si no conseguimos convertir con nuestro buen diseño de naves el trabajo en algo cómodo y atrayente, la ganadería de leche desaparecerá. TI.- ¿La creciente preocupación social y legal por el bienestar animal está condicionando de alguna manera el planteamiento de la estructura y de las instalaciones ganaderas? J. M.- El bienestar animal tiene dos modos de verse, que están relacionados: el de los ‘urbanitas’ que exigen derechos para los animales, cuando estos no tienen ninguna obligación; y el de los ganaderos, que deben aprovechar esas exigencias que la sociedad empieza a demandar en el bienestar animal para conseguir que las ovejas, bien alojadas, bien alimentadas, con un buen control de sus condiciones medioambientales y con un buen manejo, desarrollen todo su potencial productivo y por ende redunde este esfuerzo en la obtención de más rentabilidad en su negocio. TI.- La calidad del aire es uno de los aspectos a los que se está prestando cada día más atención en la construcción o reforma de las naves. ¿Cuál es desde su punto de vista el sistema de ventilación más adecuado para una granja de ovino lechero en función de la eficiencia energética y de su repercusión económica? J. M.- Afortunadamente vivimos en un país de la cuenca mediterránea y esto nos permite plantear naves con sistemas de ventilación natural, al contrario que en Francia, donde muchas de sus granjas tienen sistemas de ventilación artificial, lo que requiere un coste energético añadido. En España con sistemas de ventilación natural adaptados a cada una de nuestras zonas climáticas podemos conseguir una calidad de aire idónea para la vida de nuestros animales alojados. TI.- La monitorización de los procesos y la instalación de automatismos es una ‘fiebre’ que invade todos los sistemas de trabajo y son recursos cada día más habituales en las explotaciones ganaderas. ¿En el caso del ovino es habitual encontrarse granjas con sistemas monitorizados de control? ¿En qué aspectos o procesos? ¿Requieren inversiones importantes? ¿Son fácilmente amortizables? J. M.- Cada vez más en nuestras granjas nos vamos encontrando con parámetros que se someten a procesos de monitorización muy interesantes para la obtención de rentabilidad en los rebaños. Por ejemplo, existen sistemas de control medioambiental monitorizados que nos permiten ventilar más o menos en función de la temperatura en la nave, de la humedad relativa dentro de la nave, de la presencia de determinados gases: amoniaco, sulfuro de hidrógeno, metano… Además, estos sistemas nos permiten guardar registros de estas mediciones que nos permiten sacar conclusiones interesantes para mejorar la ventilación. También existen procesos de control de ✚

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