OV26 - Tierras Ovino

nº 26- pág 13 [tierras OVINO 2019 ocasiones los ganaderos se gastan un dineral en la construcción de una nave y ya desde el principio esta nave está destinada a no ventilar bien por una mala orientación. Los ganaderos construyen las naves pensando en la disposición de la finca y no en el bienestar de los animales. La bioseguridad en cualquier especie animal es clave, y en el ovino en muchas ocasiones brilla por su ausencia. TI.- Algunos expertos afirman que los ganaderos españoles tienen cierta ‘querencia por el ladrillo’ y construyen instalaciones sobredimensionadas y demasiado complejas, en comparación con los de otros países europeos, ¿Comparte esa reflexión? ¿Desde un punto de vista económico, se racionalizan bien las inversiones o se carga en exceso la cuenta de resultados con amortizaciones no siempre justificadas? J. M.- Las naves deben construirse en función de la climatología de la zona y no es igual ver naves de ovejas en Israel (muy baratas) que en Francia (más caras). Dentro de España pasa lo mismo: no es igual construir naves en Andalucía que en León. Las naves de ovino en Israel y en Francia, cada una en su estilo y en función de las condiciones climáticas, suelen ser muy parecidas, pero en España, aunque ya se va mejorando mucho, cada maestrillo suele tener su librillo. En muchas ocasiones se gasta mucho dinero en algo que no es importante y se dejan de lado cosas que son trascendentales. TI.- Si usted tuviera que asesorar a un ganadero de ovino de leche para construir unas instalaciones nuevas o reformar las existentes, ¿sobre qué aspectos le recomendaría centrar más su atención? ¿Qué es lo fundamental? J. M.- Lo fundamental en una nave de ovino de leche es lo siguiente: que esté bien dimensionada en cuanto a metros cúbicos y metros cuadrados por animal alojado; que ventile bien; que esté bien aislada para soportar los grandes cambios de temperatura de nuestras zonas; que permita las tareas diarias del manejo de los animales de una forma sencilla y funcional para molestar lo mínimo al ganado y al ganadero; que esté bien integrada en el paisaje y cumpla todas las normas medioambientales de la zona; y que sea lo más económica posible. Todo esto parece fácil, pero para lograrlo hay que estudiar bien cada caso, cada ganadería y cada ganadero. TI.- ¿Cuáles han sido los avances más destacables en el diseño de explotaciones intensivas de ovino de leche en los últimos años? ¿Hay algún país que nos pueda servir de referencia? J. M.- En los últimos años se ha avanzado bastante en el diseño de las naves de ovino de leche, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Sería muy interesante que las administraciones se pusieran en contacto con asesores de construcción de naves de ovino de leche, para que en sus normativas de nueva incorporación se tuvieran en cuenta estos detalles de la construcción, pues muchas veces las normas existentes dificultan el buen desarrollo de las naves y, vuelvo a repetir, es una factura que se está pagando siempre. Países de nuestro entorno que trabajen en construcciones de ovino de leche con criterio son los ya mencionados Francia e Israel. A los ganaderos ya les empieza a sonar los conceptos de ventilación, aislamiento, metros cuadrados y cúbicos por animal, métodos de distribución de comida, sistemas de recogida de datos en la explotación… pero insisto, estamos empezando y hay una frase que me gusta mucho decirle a mis ganaderos: “La nave echa para afuera todo lo que le sobra”. TI.- Respecto a la idea de la sostenibilidad en el modelo productivo, ¿en qué medida está influyendo en el diseño ✚

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