Obras Públicas - OP247

68 países como Reino Unido en los que el 80% del equipamiento tiene como destino empresas de esta industria. “El sector del alquiler es el primer comprador y es una tendencia que se va a mantener”, señaló Sleight. El mercado residencial ha sido uno de los principales impulsores de las ventas demaquinaria en Norteamérica tras la pandemia, con cifras récord en 2021 y expectativas de crecimiento para 2022. Por su parte, China evoluciona de manera “completamente distinta” al resto del mundo. En 2015 tuvo que enfrentarse a un colapso del mercado que se revertió gracias a una serie de programas de estímulos y la construcción de infraestructuras para la red de alta velocidad. Sin embargo, Sleight advierte de un nuevo colapso en 2022, sin previsión de mejora para los próximos años. “Esta situación se ha dado por dos razones: la política china frente al COVID fue un desastre y el mercado inmobiliario se enfrenta a muchos problemas”. Preguntado por la situación de la maquinaria eléctrica, Sleight destacó que los equipos diésel siguen dominando el mercado de forma abrumadora. “Menos del 1% de la maquinaria que se vende es eléctrica, y casi toda es compacta”, comenta. Los factores que provocan esta resistencia del mercado frente a la maquinaria eléctrica serían, principalmente, los pocos equipos de este tipo en el mercado y su precio frente a las versiones diésel. No obstante, para Sleight “el equipamiento eléctrico va a ir sin duda en aumento; ya en 2022 vendió el doble que en 2021”. EL IMPACTO DE LA DIGITALIZACIÓN La Asociación Europea del Alquiler (ERA) ha publicado recientemente un estudio sobre el impacto de la digitalización en la industria del equipamiento para el alquiler. Tomas Babicky, European Affairs Manager de ERA, presentó en el Foro Aseamac las conclusiones de este estudio cuyos resultados se han hecho públicos tras dos años de trabajo. Entre los objetivos del estudio se encuentra conocer cuáles son los principales impulsores de la digitalización. Las necesidades y expectativas de los clientes, los procesos internos para mejorar la eficiencia o el establecimiento de determinadas estrategias de sostenibilidad pueden ser algunos de los factores que aceleren este proceso. Del trabajo llevado a cabo por ERA se extrae que el tamaño de la empresa del cliente es un factor a tener en cuenta; los grandes contratistas esperan que las alquiladoras sean completamente digitales, ya que les ayuda a reducir costes. Además, son empresas que solicitan nuevos servicios basados en datos que pueden ofrecer las alquiladoras. En el caso de las empresas de tamaño medio las necesidades difieren, ya que si bien se preocupan por cuestiones como los datos o la sostenibilidad, su prioridad es el ahorro de tiempo y la simplificación de procesos. Por último, los pequeños clientes suelen hacer un uso primario de la digitalización (pagos online o apps tipo Uber), pero desconocen aspectos más avanzados de la digitalización. Desde el punto de vista del alquilador, el estudio refleja una serie de beneficios derivados de digitalizar todo el proceso. El principal es la mayor eficiencia de los procesos, pero también puede ayudar a mejorar la gestión de los empleados, de las ventas, de los clientes e incluso de los propios activos. Como explica Babicky, una vez la organización ha decidido afrontar el proceso de digitalización debe establecer qué objetivo quiere conseguir para establecer la solución adecuada: desarrollar el software en la propia empresa, con la ventaja de tener mayor control sobre ella, adquirir una solución comercial que ya esté en el mercado, más asequible pero más limitada, o unirse a una plataforma de alquiler en línea. Esta última es la solución más económica y rápida de aplicar, pero las limitaciones son mayores. “El futuro es ahora, está ocurriendo ya. Todo lo que hemos dicho ya está sucediendo”, señalaba el responsable de ERA. “Una vez hemos transformado la empresa y nos volvemos digitales es cuando contamos con estos datos y podemos empezar a hacernos preguntas y a crear nuevos servicios. La sostenibilidad será una Tomas Babicky, European Affairs Manager de ERA.

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